Camino a la Conferencia de la ONU en Gyeongju (Korea), para participar de la Conferencia sobre Educación para la Ciudadanía Global, nos detuvimos por un par de días en Seúl para hacer una orientación formativa a la Familia Vicenciana de este hermoso país. El tema que desarrollamos fue el de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – La Familia Vicenciana en la ONU (Nueva York y Ginebra) y la Laudato Si.

Se nos unieron en esta aventura sor Monique Javouhey, H.C., que trabaja en Ginebra además de 5 Hijas de la Caridad, un misionero paúl (Universidad de Adamson) de Filipinas y un laico representante de la Universidad de DePaul en Chicago (Estados Unidos).

El evento fue organizado en colaboración con las Hermanas de la Caridad de Seton Hill, que tienen una provincia en Korea y Ecuador con más de 200 hermanas. Participaron en esta orientación, además de las Hermanas de la Caridad de Seton Hill, Hijas de la Caridad de Korea y de Filipinas, Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl de Suwon; la Sociedad de San Vicente de Paúl, la Asociación Internacional de Caridades y la organización Save the Children, además de un par de laicas de otras organizaciones no vicencianas. El evento lo celebramos durante dos jornadas con dos grupos distintos y una participación total de más de 80 personas, en el Centro de Espiritualidad de las Hermanas de la Caridad de Seton Hill, en Seúl.

No deja uno de admirarse del dinamismo de nuestro Carisma por todos los rincones de la Tierra. Este carisma se ha encarnado, después de 400 años, en tantas culturas y razas que hoy tiene una identidad que le es naturalmente diversa y plural. Nuestro carisma se ha encarnado en las culturas y también ha encarnado esas culturas en su seno. Por eso, hoy se presenta tan rico, se expresa de tantas formas y se dinamiza en tantos caminos nuevos cada día.

La hospitalidad, la alegría sin exageraciones y la apertura a una formación nueva de la Familia Vicenciana en Korea son un ejemplo para todos nosotros que nos animan en nuestros propios caminos y en nuestras búsquedas. El servicio de la humanidad y, en ella, especialmente de los pobres y también de la tierra –pobre entre los pobres— continúan siendo el elemento central del quién somos y de lo que hacemos como Familia, donde quiera que el carisma nos lleva… Este servicio es un punto de encuentro y una pasión común para todos los rostros diversos del carisma.

Desde esta ventana que es la Familia Vicenciana, nos acercamos con respeto y cariño a nuestras hermanas y hermanos de la Familia en Korea para saludarles, para agradecerles, para abrazarles con afecto.

¡Gracias!

Guillermo Campuzano, CM
Oficina de la Familia Vicenciana en la ONU