«Aquí, en 2016, se habla de una buena partida en la lucha contra la trata y la esclavitud. Ahora es el momento de actuar».
Durante un debate de varios paneles en las Naciones Unidas, la Santa Sede entregó el 7 de abril, algunos mensajes contundentes sobre el fin de la trata de personas y la esclavitud, comenta Sor Margaret O’Dwyer, HC. La conferencia se titulaba «Poner fin a la trata de personas para el año 2030: El Rol de las Alianzas Globales en la erradicación de la esclavitud moderna», y fue moderada por el arzobispo Bernardito Auza. Copatrocinaron el evento la Misión Permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas y el Grupo Santa Marta.
Se oyeron voces particularmente duras, por parte de los panelistas Macharia Kamau, Embajadora de Kenia ante la ONU; Kevin Highland, primer comisionado antiesclavista independiente del Reino Unido; la actriz Mira Sorvino; Mogens Lykketoft, Presidente de la 70ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, el pasado otoño; y el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. Donna Hubbard, un auxiliar de vuelo actual y pastora que había sobrevivido tanto al tráfico de personas como a la esclavitud, dijo con firmeza: «Ya no podemos ignorar esto, No es algo que solo sucede en otros paises».
El panel se abrió con un llamamiento del Papa que suena verdadero para todos los oídos vicencianos: «Os animo a fortalecer los lazos de cooperación y comunicación que son esenciales para poner fin al sufrimiento de muchos hombres, mujeres y niños que hoy están esclavizados y vendidos, como si fueran una simple mercancía «, escribió Francisco al grupo reunido. «De esta manera, se pueden promover soluciones y medidas preventivas, lo que permitirá que se aborde este mal en todos los niveles de la sociedad». Dijo el Papa: «En sus discusiones, espero que también mantendrán por delante la dignidad de cada persona y reconocerán, en todas sus empresas, un verdadero servicio a los más pobres y marginados de la sociedad, a los que demasiado a menudo se olvida y no tienen voz».
Lykketoft, quien habló después de la lectura del mensaje del Papa, mencionó que Francisco había fijado el tono para la Asamblea General de la ONU el pasado otoño. Durante esta Asamblea, los Estados miembros aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen Target 8.7, pidiendo la erradicación de la esclavitud moderna en 2030. «Cuando trabajamos en los objetivos de desarrollo sostenible, es difícil creer lo difícil que fue conseguir que este tema clave se tratase», refleja el Embajador Kamau. Dijo que fue necesaria la intervención directa de Francisco para conseguir que dicho componente fuese incluido.
Lykketoft se refirió a la esclavitud humana como una de las prácticas más abusivas. Indicó que, entre 2010 y 2012, las víctimas de la trata de personas provenían de 152 nacionalidades y 124 países, al menos. Dijo que la trata de personas es prevalente desde los barcos de pesca a los burdeles, a las casas de los ricos, donde las criadas duermen en el suelo y no se les permite salir.
«Luchemos, informemos, argumentemos a favor, proporcionemos más recursos para la lucha contra el tráfico de seres humanos», declaró Lykketoft.
Según el comisario Highland, el tráfico humano genera 150 mil millones de dólares en ganancias ilegales. El mundo gasta una pequeña fracción para combatirla, observó con disgusto.
«Esta reunión no puede tener el mismo enfoque de siempre», dijo Highland. «La verdad triste y simple es que el movimiento contra la esclavitud ha fracasado hasta ahora. La esclavitud moderna, como industria, continúa en auge».
Además de la violación, el abuso y la violencia que experimentan las víctimas, hay muchos costos adicionales, señaló Highland. Las víctimas, a menudo, tienen que pagar enormes deudas a los traficantes. Debido a que las familias se quedan atrás, algunas personas mayores no tienen a nadie que los cuide. Muchas personas objeto de trata son jóvenes, lo que significa que las comunidades pierden los aportes de sus miembros jóvenes.
Highland ofreció una serie de medios de lucha contra la trata de personas. Solicitó la divulgación de los esfuerzos en programas de desarrollo más amplios, de derechos humanos, de justicia criminal y de seguridad nacional. A continuación, señaló que hay muchos silos de recursos pero poca coordinación estratégica. Es necesario que haya más datos compartidos, comunicación e intercambio coordinado y orientación de los recursos.
«Aquí, en 2016, se habla de una buena partida en la lucha contra la trata y la esclavitud. Ahora es el momento de actuar», dijo Highland.
La audiencia fue cautivada por la observación de Kamaus de que la esclavitud moderna no se acabará si la comunidad mundial fracasa en el avance en los temas de cambio climático, desarrollo y desempleo, así como haciendo frente a los problemas del racismo y la misoginia. La esclavitud, dijo, es una institución global profundamente arraigada en la historia y el corazón humano.
«Este problema va más allá de (identificar la esclavitud) en cómo los seres humanos se tratan entre sí, se abrazan mutuamente y, en última instancia, dan mutuamente el espacio para vivir en esta tierra como seres humanos», dijo Kamau.
Kamau dijo que «8.7 es sólo un objetivo y toda la legislación y toda la buena voluntad del mundo no significa nada si no se provocan un cambio de actitud en la forma en que los seres humanos se tratan entre sí». Si los líderes mundiales no asumen responsabilidades de los cambios estructurales fundamentales para responder al cambio climático y las enormes disparidades sociales que desalojan y hunden en la miseria a los pobres del mundo, dijo, «es inconcebible que las personas no acaben cayendo en la esclavitud moderna».
El cardenal Nichols dijo que la trata de personas y la esclavitud moderna despoja a las personas de su dignidad fundamental. «Es un mal que está ahí y que clama al cielo», dijo. «Que haya más de 20 millones de personas sometidas a esclavitud en nuestro mundo es un signo de profunda vergüenza en el rostro de nuestra familia humana, que ninguna palabra puede quitar.»
El cardenal señaló tres encuentros clave que le ayudaron a reconocer la importancia de los problemas de tráfico de personas. Uno de ellos fue el trabajo de las religiosas con Scotland Yard. En un primer momento, las hermanas pensaron que la policía procesarían a las mujeres que estaban tratando de proteger. Pero la confianza construida entre los dos grupos con el tiempo ha dado lugar a cambios de mentalidad y procedimientos. «Esta asociación transformó su capacidad para rescatar a las víctimas, cuidar de ellos, y buscar a los perseguidores de este crimen», dijo.
También mencionó que el papa Francisco le había animado a «continuar con este trabajo (contra la trata y la esclavitud moderna)». El cardenal dijo: «Él es directo y contundente sobre lo que espera de nosotros; mucho más que solo palabras. Él espera que acciones efectivas sobre el terreno que liberen a los prisioneros en un mundo donde hay tanto sufrimiento y dolor».
El cardenal Nichols hizo notar la asociación entre Santa Marta y la Iglesia Católica. Se enlaza con 34 países para formar alianzas de acción contra la trata de personas. Entre ellos se encuentran un programa en Nigeria; el Programa Marítimo del Atlántico Norte, que busca las condiciones de trabajo injustas en la industria pesquera; y las iniciativas en Lituania y Argentina. Están llegando solicitudes de otras naciones. (El Grupo Santa Marta es una alianza de jefes de policía internacionales y obispos de todo el mundo que trabajan en conjunto con la sociedad civil en un proceso avalado por Francisco, para erradicar la trata de personas y la esclavitud moderna).
Para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dijo el cardenal Nichols, se requiere que cada Estado miembro trabaje en la erradicación de la esclavitud. «Eso no puede suceder sin la cooperación internacional a todos los niveles, con objetivos claros y motivación compartida».
«La víctima ha de ser siempre el centro de nuestros esfuerzos», dijo Nichols. Dijo que el mundo debe mejorar el trabajo de aplicación de la ley, la desarticulación de redes criminales, detener a los autores, y fortalecer los marcos legales en los que se llevan a cabo estos esfuerzos.
La galardonada actriz Mira Sorvino planteó la pregunta, «¿Cómo es que nuestra respuesta no es más robusta, y permitimos que crezca la esclavitud en un mundo en que todos los paises la han prohibido?» Derrotar la esclavitud humana hasta que desaparezca debe ser uno de los imperativos morales de la ONU, dijo. «Y, sin embargo, incluso en los estados activos, no es suficiente lo que se está haciendo.»
Ella citó un traficante europeo que le dijo que los delincuentes han pasado de las drogas a los seres humanos, porque el castigo es menor. «Tenemos que luchar contra esta ‘Hydra'», dijo. Llamó al presidente Obama a dedicar más dinero para la lucha contra la trata de personas, a los británicos a poner más ahíncon en el cumplimiento de su acta contra la esclavitud moderna, a las personas a dejar de buscar productos baratos, y a todos a frenar la demanda de la esclavitud moderna.
Sor Imelda Poole, Presidenta de RENATE (Religiosos en Europa contra la Trata y la Explotación) instó a que el mundo examine y disminuya la demanda de personas objeto de trata y los esclavos de hoy en día, como por ejemplo la demanda para la industria del sexo y la mano de obra barata, cuando se estudian los medios de lucha contra el delito. Pidió, además, que se comprobase si las leyes son claras. Por ejemplo, preguntó: «¿Son las víctimas liberadas o convertidas en criminales?» Ella también hizo un llamamiento para poner fin a la corrupción, que desempeña un papel muy importante en el tráfico de personas. E invitó a expertos en tecnología de la información a empezar a abordar el tráfico de Internet y el comportamiento criminal en la red.
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