¿Te has preguntado alguna vez acerca del camino en el que te encuentras?
En muchas ocasiones he contado la historia sobre el momento en el que realmente hice mis votos, unos 35 años después de que hiciera el compromiso por primera vez.
Pero fue hace relativamente poco tiempo que hice la conexión con la vida de Vicente. La pequeña reflexión de J Patrick Murphy en su libro «El señor Vicente», que será publicado en breve, me ayudó a hacer precisamente eso.
Vicente pasó 25 años buscándose a sí mismo y liberándose de falsos comienzos y de su propia codicia.
Lección: Está bien perderse un poco, en el camino a encontrarse a sí mismo.
Era 1993: unos 35 años después pronuncié los votos por primera vez.
Entonces yo vivía un tiempo relativamente exitoso como Director del Departamento de Teología. Pero, después de un grave accidente automovilístico, tuve que estar durante dos semanas en la unidad de cuidados intensivos de un centro de traumatismos graves en Long Island. No recuerdo mucho, pero lo que sí recuerdo claramente es el deseo de ser trasladado al hospital católico local, ¡donde cuidarían del «Padre»!
Entonces me di cuenta. Yo quería la parafernalia de ser atendido en un hospital católico. Pero los pobres, especialmente en países en guerra, a menudo no tienen el lujo de la más mínima atención hospitalaria, incluso de vendajes o analgésicos.
Me recuerdo postrado allí, comenzando a tener momentos de consciencia y pensando: ¿quién soy yo para exigir dicha atención? No recordaba si estaba en el día sexto o en el décimo de mi estancia en el hospital. Pero sí recuerdo claramente el momento en el que hice una poderosa confesión… yo no era lo suficientemente fuerte como para ser Misionero Paúl.
En ese momento entendí claramente cuánto «privilegio clerical» se había apoderado de mí.
Es irónico verme ahora aquí, sentado enfrente del teclado, casi 25 años más tarde, precisamente porque me llevaron a un centro de traumatismos graves en vez de a un hospital católico.
Desde entonces, he considerado aquel momento como el verdadero instante en el que me comprometí a servir a los pobres.
Y ahora, me pregunto sobre el momento en que Vicente reconoció verdaderamente la misión a la que fue llamado.
Curiosamente, fue mientras estaba convaleciente cuando me desperté al ministerio que me ha dado vida durante las dos últimas décadas… el uso de las herramientas de comunicación digital para formar, fortalecer y unir a los que se sienten llamados a servir a aquellos que son menos afortunados.
Preguntas:
- ¿Hay algún evento que, visto en retrospectiva, haya cambiado tu vida?
- ¿Ha habido momentos cuando te diste cuenta de lo bueno que salió de algo que parecía malísimo en aquel momento?
- ¿Cuáles podrían ser los «privilegios» inconscientes a los que te aferras?
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