Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 29 de marzo de 2016
¿Traicionamos a los demás? — ¿A la gente le importa? — Vicentino, amigos de Jesús — Espiritualidad Vicentina
¿Traicionamos a los demás? — He estado pensando en esto desde el Domingo de Ramos, cuando vi “La Pasión”, un musical en vivo venido de Nueva Orleans. Estuvo bellísimo y muy bien hecho, como si fuese de los tiempos modernos. Realmente me hizo pensar sobre ser una Vicentina y hacer lo mejor posible. La verdad es que sentí que me podría poner en el lugar de Pedro e incluso dentro de la multitud que condenaba a Jesús. Ciertamente me puse a rezar e incluso llamé a una de las inmigrantes a las que sirvo y le dije que era querida y que no me había olvidado de ella. Me tomé un tiempo para mirar dentro del espejo y decirle a Jesús lo mucho que lamentaba no cumplir siempre Su voluntad. Yo siempre te digo que te amo y entonces veo el rostro de Jesús en el mío y entiendo que Jesús nunca deja de amarme. A veces, nuestro examen de conciencia tiene que ser una llamada de Jesús al espejo. Quizá no es para todo el mundo, pero yo pienso que si funciona. Yo sé que Jesús siempre está conmigo, pero igual me cuestiono. Jesús siempre está allí y el mensaje que yo recibí es el de amar y servir a Sus pobres, perdonar a los demás y no juzgar. A veces, la carga es muy pesada, pero cuando vemos La Pasión sabemos que nuestra jornada no se compara a la Suya. Él literalmente dió su vida por el mundo. Yo soy humilde y susurro “¿He traicionado a Jesús?” Perdóname. Busca en tu corazón a desde tu próxima visita y visualiza el Cristo Resucitado. ¡Feliz Semana Santa y alegría para ti y para tu servicio a los demás!
¿A la gente le importa? — Yo sé que a nosotros como Vicentinos nos importa, pero otros parecieran querer poner los pobres en una isla o en cualquier lugar donde no los puedan ver. Hay tanto prejuicios hacían la tente que está pasando trabajo. ¿Qué pasó con el tema de la pobreza? Yo recuerdo haber estado yendo a talleres sobre pobreza en mi cuidad tratando de darle casa a la gente de la calle y acabar con la pobreza. En Canadá todos los partidos votaron unánimemente para acabar con la pobreza infantil en 10 años. Yo estaba en uno de los comités y nada paso. “Cumbre de Pobreza” y simulaciones estuvieron de moda en Washington D.C. y en Canadá, con gobierno, organizaciones sin fines de lucro, organizaciones religiosas, y activistas juntos para explorar como podríamos acabar con la pobreza de una vez y por todas en América. Ahora miramos a nuestro alrededor y todo el mundo ha dejado el partido. Los expertos se trasladaron a otros temas. Los candidatos tocaban las puertas y acumulaban votos en otras conversaciones de alto puntaje. Los activistas se mudaron a las otras causas del día. Incluso otros grupos católicos se veían un poco menos interesados, moviéndose a otros temas como inmigración, cambio climático y libertad religiosa. Aun así, los pobres siempre están con nosotros, como dice la Biblia (Tomado del artículo de Famvin http://famvin.org/en/2016/03/22/what-happened-to-the-issue-of-poverty/). Necesitamos reunirnos y hacer más los pobres.
Vicentinos, amigos de Jesús — Jesús es nuestro amigo verdadero. Necesitamos reflejarlo en nuestro discipulado y servicio a los pobres. Es una buena idea reflexionar frecuentemente en silencio y abrazar las maravillosas cualidad des Jesús. Su poder es grande y nunca deja de amarnos. Es fácil alcanzarlo y hablar con Él. Él nos ama tanto que dió Su vida por nosotros. Debemos recordar que aunque Él siempre este con nosotros, no debemos darlo ni a Él ni a los santos por seguros. Los necesitamos para nuestro trabajo y hablar con ellos a través de la oración no puede sino ser algo bueno. Hable con San Vicente, con el Beato Federico Ozanam. Con la Beata Rosalia Rendu, y con Santa Luisa de Marilla diariamente y comparta las necesidades de los que usted sirve. Nuestro trabajo requiere oración constante y consejo divino. En nuestra relación con el Señor a veces creemos que no necesitamos expresarle nuestro amor. Después de todo, Él lo sabes todo, entonces ¿para qué molestarse? Pesar de que Él lo sabe todo, a Él le gusta disfrutar de un “te quiero”. A nosotros también nos gusta escucharlo. Teniendo el hábito de usar esas palabras, estaremos más cerca de Él. No olvide la santidad del silencio. Ese es el momento de escuchar a nuestro amigo. Escuchar es una parte muy importante de ser amigo. Siempre necesitamos escuchar.
Espiritualidad Vicentina — Oímos y aprendemos esto en los talleres. Siempre ha sido nuestro compromiso con la Familia Vicentina y los que servimos. Los problemas del mundo son nuestros problemas. Todos los sufrimientos y debilidades de nuestros hermanos no nos son ajenos. La espiritualidad vicentina ve a Cristo en cada uno de ellos. Quizá no tenemos todas las respuestas a sus problemas, sin embargo, estamos a su la do, y al lado de todos aquellos que andan este mundo cuya realidad cuestionamos. La tarea es ser más humanos. Cristo nos permite ser caritativos. Es buenos refleja regularmente las maravillosas cualidades de nuestro Señor — Su gran poder, amor incondicional, cercanía, etc. ¡No tomemos al Señor del Universo, nuestro Redentor y Salvador, por seguro! La meta de la espiritualidad cristiana es el amor. Cuando hablamos de Espiritualidad Vicentina, el amor es mas especifico, pues hablamos de la comunicación de la misericordia y la solidaridad a los excluidos de la sociedad. Somos portadores del evangelio. Evangelizar no es solo catequizar y celebrar los sacramentos; es en cambio liberar a la humanidad de los demonios… es crear una nueva relación con Dios el Padre y con nuestros hermanos. La buena nueva del evangelio no lo es porque yo lo digo; sino porque las personas experimentan una transformación en sus mala situación. La evangelización no comienza con las palabras de Pio o la recitación de versas de la Biblia; sino con una respuesta las malas noticias que la gente lleva en su cuerpo y en sus huesos: hambre, desempleo, conflicto, violencia, falta de sentido en sus vidas, pobreza. Sea el evangelio en su servicio, no necesitara palabras. Demuéstreles su amor.
Bendiciones,
Lynn.
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