Con más de 2 millones de refugiados sirios e iraquíes para una población de 4 millones de habitantes, el Líbano se ve seriamente penalizado por los conflictos en el Oriente Próximo. Tras 3 años de guerra en Siria, los refugiados siguen afluyendo y el Líbano, cuya superficie no es más que de 10.452 Km2, sigue recibiéndolos. El 40% de los sirios que han huido de su país encuentran allí un asilo. Mientras tanto, las ayudas internacionales se están ahogando pero las necesidades no hacen más que aumentar.

Gracias a una financiación de $250.000 recibidos de la Confederación General Internacional (CGI) de la Sociedad de San Vicente de Paúl, la SSVP libanesa ha podido intensificar sus ayudas a los refugiados sirios e iraquíes. Así, durante la semana del 8 al 12 de febrero de 2016, unos lotes comprendiendo bonos de fueloil, mantas, alimentos así como kits de higiene fueron distribuidos a cerca de 750 familias en la región de la Bekaa (Zahleh, Kaa…) así como en la periferia noroeste de Beirut (Nabaa, Bourj-Hammoud, Dora, Jdeideh y Bauchrieh).

La distribución ha sido realizada por los miembros de la mesa de la SSVP Líbano y los voluntarios, acompañados por la Presidenta del Consejo Nacional, Doña Ella Bitar. El Consejo General Internacional fue representado por Don Brian O’Reilly, Vicepresidente internacional de la SSVP, y por Don Bruno Fabre, coordinador de proyectos para la Comisión Internacional para la Ayuda y el Desarrollo (CIAD). Este desplazamiento les ha permitido entender mejor la realidad en el terreno y recoger las informaciones necesarias para coordinar los proyectos de ayuda a los refugiados.

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Asimismo, la ocasión les permitió encontrarse con las familias, o bien en los campos, o bien en sus domicilios. Los visitantes pudieron constatar la miseria en la que viven y la ayuda que la SSVP les ofrece gracias a los donativos que ésta recibe por parte de los benefactores y amigos. Durante estas visitas, Doña Bitar hizo hincapié en las enormes necesidades de los libaneses que están en la miseria y a quien la SSVP Líbano se esmera, por todos los medios, en brindar ayuda.

A leer a continuación, la llamada de Ella Bitar, Presidenta del Consejo Nacional -SSVP Liban

Un Grito de Dolor

«Ten misericordia de mí, Oh Dios, porque me devoraría el hombre; Me oprime combatiéndome cada día… En el día que temo, Yo en tí confío. En Dios he confiado, ¿no temeré lo que la carne me hiciere?» Salmo 56, 3-4-9.

Lo abandonaron todo: su techo, sus recuerdos, su infancia, sus amigos y sobre todo su país. Refugiándose en el Líbano, país devastado por 30 años de guerra y que aún no logra enderezarse tras las crisis políticas, económicas, sanitarias y sociales.

No tienen más elección que la de dormir bajo una tienda de campaña, bajo cualquier techo, lejos del horror de la guerra, lejos de la efusión de la sangre criminal…
Buscando la paz y el silencio lejos de las bombas y de las destrucciones.
Lo han perdido todo…. Han ganado la vida.

Pero, ¿cómo viven?
Numerosos son aquellos que esperan un paquete de alimentos por aquí, un bidón de fueloil por allá….. la esperanza de la visita de los responsables de las ONG que acuden a su socorro, de tiempo en tiempo, para colmar sus necesidades.
No tienen ante ellos más que la salida hacia una patria anfitriona mejor.

Miles de niños, recién nacidos viven en el frío helado de las montañas, con los pies descalzos, mal nutridos, mal curados..
Una sonrisa les reconforta.
Una mano tendida les hace soñar.
A pesar de todo su sufrimiento, son felices por nuestra visita y generosos en recibirnos y darnos.
Es verdad que reciben de nosotros pero, en cambio, sus ojos brillan, aún si sólo por un instante, nos dan la satisfacción y la felicidad de haber compartido su miseria.
Nos llevamos a todos en nuestros corazones a Michael, Nour, Hassan, Jamil….A todos estos pequeños, a sus padres, su sonrisa y su acogida….

¿Se acabará aquí nuestra misión?
¿Podemos quedarnos los brazos cruzados?
¿Podemos dormir en nuestras camas bien calentitas?
¿Podemos nutrirnos y saciarnos?
¿Podemos sanarnos y curarnos?
Y… dejarlos morirse de hambre, de frío por falta de cuidados?

Nosotros, Cristianos,
Nosotros, Vicentinos, somos responsables de nuestros hermanos.

Hemos nacido para amar, para compartir y para servir…
¿Dónde está nuestra conciencia ante estas desgracias?
¿Dónde está nuestro amor ante nuestros hermanos en la angustia?
¿Dónde están los bienes que el Señor nos ha dado?
Nuestra misión es estar presentes al lado de todo sufrimiento.

Señor, nos hemos comprometido a servirte, lo permaneceremos.
A Tu llamada, contestamos: ¡Presentes!

Ella Bitar, Presidenta
Sociedad de San Vicente de Paúl, Líbano

Fuente: http://ssvpglobal.org