Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 26 de 2016
Una jornada interior – Una parte del universo – Aceptación – Familia y servicio
Ore siempre, celebre el Ano de la Misericordia a través de oración y servicio. Dios este siempre con usted.
Una jornada interior – Dios es absolutamente real y verdadero. Él es un regalo para todos nosotros. Toda su creación es gratuita. Es un regalo y una gracia. ¿Por qué Dios creó la Tierra, los animales, las estaciones y todo lo que tenemos y solemos dar por sentado? Él lo hizo porque nos amaba y quería darse a conocer entre nosotros. Lo hizo para revelarnos Su amor. Dios crea para Su propósito. ¿Cuál es su propósito, se debe preguntar usted? El propósito de la Creación es mostrar el amor infinito y es gratuito para todos nosotros. Todas las creaciones son un regalo. El amor de Dios es bondadoso. Dios se convirtió en humano en Jesús por ninguna otra razón que el amor. Lo vemos en el hermoso arcoíris, la luces del norte o la nieve en las montañas, Tony siempre dice “ahí están tus montanas”. Él nos irradia su amor. Arranca una jornada para ver a Dios en creación. Debemos verlos en todas las personas a las que servimos y en aquellos con los que servimos. Necesitamos el mejor regalo que Él nos dio para estar presentes cuando servimos. Es el don de la Fe. Nuestra jornada en la Fe es inmensa e importante. Ningún conocimiento se le compara. Todo lo que Dios crea es bueno, hermoso, único y moral. Nosotros somos una de Sus mejores creaciones y solo un tipo de ellas. Encuentre a Dios dentro de sí mismo y sea un amable sirviente a los demás. Usted está en una jornada interna hacia el amor de Dios.
Una parte del universo – No necesitamos ser importantes porque Dios nos hizo a Su imagen y semejanza. Dios creó la encarnación por amor; no por pecado. Es calidad divina. Jesús se mantiene divino en Su humanidad. . Es un profundo honor ser humano y parte del universo. Cristo es el significado y modelos de la Creación. Cristo esta en todos y en nosotros, y Dios está en Cristo y en la confirmación del amor de Dios por nosotros. Nosotros estamos en Cristo y Él está en nosotros. El Encarnado nos abraza a todos y nos transforma en una comunión del amor centrado en Cristo. Es un profundo honor ser humano a imagen y semejanza de Dios, nuestra belleza y nuestra grandeza. Vivimos en el Señor Universal y estamos llamados a cambian el mundo a través de este gran regalo del amor. Como Vicentinos, todos estamos llamados a amar a los otros y a ver a Cristo siempre en todos; pero aún más importante es verlo en nosotros mismos. No necesitamos ganar premios o ser importantes porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Necesitamos preguntarnos “¿Soy la imagen de Dios? ¿Le manifiesto sus amor a los demás?” Todas las cosas y las personas en la Tierra son amadas por Dios. Todos somos amados de la misma manera. Debemos devolver este amor a los demás sin prejuicios ni juzgados. Servimos a Jesús y amamos como Él lo hace.
Aceptación – Debemos aceptar a los demás. Especialmente hoy cuando hay tantos inmigrantes y refugiados dejando sus hogares y viniendo a vivir en nuestros países. Nuestro trabajo no es hacerlos como nosotros; sino quererlos por lo que ellos son. Sus costumbres son diferentes, su comida es diferente y su idioma es diferente. Dios nos abraza y pones a los refugiados bajo nuestro cuidado. Acepte su trabajo como sirviente y de lo mejor de sí para hacer que los refugiados sientan su amor. Es fácil si usted se deja llevar y deja que Dios entre. Nuestro Señor ya los acepta y nosotros debemos marcar una diferencia en sus vidas. Esto no es para que nosotros nos sintamos bien; sino para hacer que los demás se sientan bien. Se creemos, Dios estará a nuestro lado y con nosotros para darle la bienvenida al extraño y aceptarlos como es. Debemos mantener a los refugiados en nuestras oraciones. Nosotros no podemos ni siquiera imaginar el sufrimiento por el que ellos han pasado para llegar aquí. Nosotros vivimos en paz y algunas veces sentimos miedo. Lo único que conocen las familias de refugiados es el miedo. Ore para que Dios intervenga para que nosotros aprendemos aceptar y que nos ayude a entender aunque se aun poquito su crisis. Queridos sirvientes de Dios, sean Dios para sus nuevos amigos y acepten sus diferencias a través del amor.
Familia y servicio – Lo que hemos aprendido en nuestra familia es importante para el trabajo que hacemos hoy. Nosotros supimos quiere éramos desde el primer momento y conocíamos nuestros valores. Esto es lo que le podemos dar a los que servimos. Hemos cometido errores y hemos aprendido de ellos y ahora estamos listos para estar presentes para las familias que Nuestro Señor pone frente a nosotros. Haga que su visita a las familias a las que servimos sean una experiencia agradable para ellos y para ustedes. Hágalos sentirse seguros. Nada de juzgarlos. Yo amo ser una visitante de casa y mis mejores vivitas han sido a refugiados e inmigrantes. Yo también he hecho buen contactos con recién salidos de la presión y los centro apara adictos, y ahora especialmente con tantas familias desempleadas. Nuestro primer regalo a los que visitamos debe ser la compasión; no simpatía sino empatía y la compasión para que nos importe y hagamos una diferencia. Debemos ser amables, gentiles, humildes, pacientes y comprensivos. A veces es difícil, así que llamamos a la Santísima Trinidad, Nuestro Dios para que nos guie hacia el éxito. Dios nos abraza con su amor, así que nosotros debemos traer amor y espíritu familiar a Sus corderos necesitados. Estoamos llamados a servirlos a ser Cristo para cada unos de ellos. Debemos tratar de ponernos en los zapatos de las familias que lo han perdido todo, especialmente la esperanza, y de alguna forma debemos traerles amos y esperanza a nuestros hermanos, nuestra familia. Mire la Sagrada Familia como un modelo. Déjele a la familia amor y esperanza a la que visita. A mí me gusta darles un abrazo (con su permiso) y asegurarles que las cosas van a salir bien. Ellos suelen responder “¡Ya están mejor!”. Entonces me dio cuenta de que Dios hizo la diferencia.
Bendiciones,
Lynn
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