Oración y Ayuno Vicentino
martes primero de diciembre
Año de la Vida Consagrada
La Comunión de los Santos – ¿Está usted listo? – Confiemos siempre en Dios – Aceptémonos los Unos a los Otros
Saludos Familia Vicentina: Oremos por la paz, oremos por los demás y sobre todo, oremos por los necesitados. Mientras que esté en www.famvin.org manténgase en contacto con toda la familia vicentina y aprenda de cada miembro. www.famvin.org es una herramienta de aprendizaje increíble. Oremos por nuestro amado papa Francisco, obispos, sacerdotes, diáconos y seminaristas. Recordemos a nuestra juventud. Esta es la primera semana de Advenimiento (o Adviento). Preparémonos para recibir a nuestro Señor, Jesús el niño Dios. Oremos por la paz mundial. Oremos por los que han muerto a manos de los terroristas y por los que viven en el miedo. Oremos por el enemigo, para que Dios le pueda mostrar la luz. Tengan una gran primera semana de diciembre, llena de bendiciones.
La Comunión de los Santos – Noviembre es el mes para honrar a los santos. Estamos llamados a la santidad. Sé que he dicho esto antes, pero aquí voy a repetirme. “Los santos son los pecadores que siguen intentándolo.” Cada día seguimos adelante en el camino hacia la santidad. Rezamos el Credo de los Apóstoles y decimos: “Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.” Oramos esto cada domingo y creemos. El otro lado de nosotros tiene el reto de reconocer la santidad en otros. Nos fijamos en los que servimos y vemos a Jesús, pero no vemos también a un cierto santo. No tengamos prisa terminar con su visita. Conozcamos a los que servimos de una manera personal. Comulguemos con ellos como santos o como santos en espera. Oremos siempre para la santidad y oremos para que otros puedan experimentar este regalo también.
¿Estás listo? – No te estoy preguntando si para la Navidad, a pesar de que ya ha comenzado el Adviento; pregunto ¿estás listo en términos del fin del mundo? Tenemos tantas amenazas ante nosotros y algunas personas están aterrorizadas. Esto me recuerda el año 2000, cuando el fin del mundo fue predicado por muchos y dieron hasta fechas. La Escritura dice que no sabemos cuándo. Creo en las Escrituras. La verdad es que estoy un poco aprehensiva de viajar en aviones y casi me da rabia ver las noticias. Si nos entra miedo y nos olvidamos de nuestro lugar en la vida aun sabiendo que nuestro Dios está con nosotros, podríamos estar condenándonos. Los terroristas crean terror. Cuando ven el terror, consideran que han ganado. Debemos orar siempre por la paz y orar por los terroristas para que sientan el amor de Dios. La paz comienza siempre con nosotros. Al recibir a los refugiados, vemos el miedo y la incertidumbre. Sobre todo cuando llamé a unos de ellos para irles a visitar y les pregunté lo que querían en su cesta de Navidad. Allí fue la primera vez que vi el miedo en ellos. “¿Qué quieres decir?”, me preguntaron. Tenemos que viajar con ellos para disipar su miedo. Debemos mostrarles que son amados. El fin del mundo no es ahora. No sabemos cuándo. Así que vivamos y amemos a todos y celebremos la vida.
Confiemos Siempre en Dios – Cuando nace un niño, la madre y el padre son un poco como Dios. El niño se alimenta, se nutre y recibe todo de sus padres, incluso su existencia: Soy amado, tal y como soy. Este es, pues, el tesoro que Jesús quiere revelar, nuestra identidad más profunda, la del ser amado. Ser amado por Dios nos libera de nuestra necesidad de ganar, por lo que podemos llegar a ser artesanos de la paz en nuestro mundo. Dios nos ama más que nadie, incluso nuestros padres. Él nos dio a Jesús, que es amor. “La cosa más fácil de hacer en el mundo es ser usted (mismo). Dios le creó y dijo: «Esto es muy bueno.» Lo más difícil de ser es lo que los demás quieren que seas.” Esto incluye aquellos a quienes servimos o visitamos y, a veces pensamos: “Yo voy a ser mejor.” Nuestro trabajo es servir y amar y confiar en Dios para que seamos mejores. Debemos orar por la gracia de confiar en Dios completamente y por encima de todo, incluso de nuestros propios puntos de vista. A continuación, aprenderemos qué es el amor. La confianza es un signo de amor genuino – especialmente cuando en el que confiamos es Dios.
Aceptémonos los Unos a los Otros – Si tratamos de ver lo que es bueno en los demás y aceptar lo que está mal en nosotros mismos, vamos a acercarnos los unos a los otros; aceptémonos los unos a los otros como seres humanos creados y amados por Dios. Este crecimiento espiritual es un movimiento doble: el crecimiento de la admiración y el crecimiento en la humildad. No hablamos mucho sobre el ayuno pero puede ser una parte muy exitosa para lograr la aceptación de los demás. Podríamos ayunar de alimentos, del uso de nuestros teléfonos celulares y muchas otras cosas. Me gusta ayunar de chismes, comentarios hirientes, el juicio y la ira. Tenemos que pensar menos en nuestras propias comodidades personales y más sobre el dolor de los que sufren. Tenemos que mirar a la cara de los pobres y de ver a Cristo en esas caras. Los que necesitan no son una carga, son dones dados por Dios y por los que tenemos la oportunidad de compartir y servir. Oremos los unos por los otros y siempre oremos por aquellos a quienes servimos. No escuchemos siempre a los demás; en cuanto al odio y el prejuicio, escuchemos a Dios. Estén en paz en todas las cosas, porque el enemigo, como los peces en río revuelto, se aprovecha de nuestro desaliento para lograr intenciones más fácilmente. Cuando te enfrentas a tu miedo, la mayoría de las veces usted podría descubrir que en realidad no era una gran amenaza después de todo. Todos necesitamos alguna forma de profundizar las raíces, de motivación poderosa. Se nos da el poder para superar los obstáculos para que podamos vivir nuestros sueños, no nuestras pesadillas. La aceptación de los demás es más fácil cuando se ve a Jesús en ellos.
Disfrute de su advenimiento. Preparad el camino del Señor.
Bendiciones, Lynn
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