La guerra en Ucrania ha provocado un fuerte aumento del número de personas sin hogar: casi una cuarta parte de los que duermen en la calle son desplazados, muchos de los cuales sufren violencia a diario, especialmente las mujeres, que son particularmente vulnerables. A pesar de la urgente necesidad de ayuda, el acceso a los servicios de salud mental y a los refugios es muy limitado, lo que pone de relieve la necesidad de intervenciones específicas y de colaboración para abordar estos problemas.
