Una mano amiga significa literalmente ayudar a alguien a levantarse por sí mismo. No significa llevarlo en brazos si puede caminar.


Una mano amiga significa literalmente ayudar a alguien a levantarse por sí mismo. No significa llevarlo en brazos si puede caminar.

La palabra «solidaridad» no aparece en ninguno de los escritos de Vicente. Esta palabra no se utilizó hasta el siglo XIX. Sin embargo, en los escritos de Vicente encontramos expresiones de compasión hacia aquellas hermanas y hermanos que sufren.

Dos siglos antes de la asistencia pública y tres siglos antes de la seguridad social, San Vicente puso en marcha una serie de obras y servicios para los pobres, servicios que eran totalmente gratuitos. Por lo tanto, Vicente tuvo que encontrar recursos para continuar con estas obras y servicios.
San Vicente intervino directa e indirectamente en la política. Aunque su vocación personal era evangelizar a los pobres, en un intento por ser fiel a su vocación, intervino para lograr el bienestar de los hombres y mujeres pobres que estaban condenados y morían de hambre.
San Vicente afirmó que debemos servir a todas las personas y servir a la persona en su totalidad. La separación entre las necesidades espirituales y corporales de la persona parece haber creado problemas durante el siglo XVII.
Veremos cómo Vicente de Paúl, su enseñanza y su vida se adelantaron siglos al magisterio de la Iglesia.
La investigación de Sor María Pilar López, HC. sobre San Vicente respecto a la dignidad de la persona, la justicia, la gestión de los bienes materiales, la solidaridad y la promoción humana, estimularán visiones y sueños vicencianos.
El carisma vicenciano fomenta un encuentro dinámico y cada vez más profundo con Cristo y los pobres, creando «espacios alternativos» donde los pobres experimentan la alegría del Evangelio, la salvación y una vida transformada por la Buena Nueva.
La misericordia es el núcleo del mensaje cristiano y debe ser el rasgo distintivo de la vida y misión de la Iglesia, especialmente en su servicio a los más pobres. Para los vicentinos, imitar a Cristo-Misericordioso implica una compasión activa y profunda que dignifica, transforma y hace visible el amor de Dios.
El compromiso inquebrantable de San Vicente con la caridad creativa y solidaria, su capacidad de adaptación, su atenta escucha a la Providencia y su convicción de que «el amor es infinitamente creativo» siguen inspirando a la Familia Vicenciana a evolucionar y responder con valentía a las necesidades emergentes.
La «nueva evangelización» hace hincapié en una integración dinámica y creativa de la evangelización, la misión y la caridad, y exige nuevas formas de servir a los pobres que vayan más allá de la tradición, arraigadas en un legado vicenciano vivo de amor activo e innovador.
Los pobres no solo reciben el Evangelio, sino que lo revelan, evangelizándonos a través de su fe, sabiduría y experiencia vivida, y convirtiéndose así en nuestros maestros y en el lugar donde encontramos a Cristo más profundamente.