Sociedad de San Vicente de Paúl

Contemplación: Sé muy alegre

La verdadera alegría de dar viene de ver la caridad como un servicio a Cristo mismo, no como interrupciones. Con amor y gratitud, esta vocación trae gracia y una alegría profunda y duradera.

Muy cerca de nosotros: Un donante comparte su historia

Mike Devereaux, cuyo hijo sufrió la carencia de techo y el abuso de sustancias, utiliza sus conflictos personales para dar forma a su compromiso como donante mensual y voluntario de la Sociedad de San Vicente de Paúl en Louisville, convencido de que colaborar económicamente es crucial para marcar la diferencia.

Contemplación: Mantén el corazón dispuesto

Reflexionar sobre nuestro camino espiritual nos ayuda a discernir la voluntad de Dios y compartir Su gracia, apoyándonos mutuamente para avanzar hacia nuestro divino propósito.

Contemplación: ¿Cuándo llegará ese día?

La formación humana no es un proceso pasivo, sino un camino activo y continuo que abarca nuestras dimensiones humanas, espirituales, intelectuales y ministeriales. A través de la oración, el servicio y la comunidad, buscamos cumplir el propósito de Dios y alcanzar la perfección en unidad con Él.

Contemplación: Ser vicentino

Contemplación: Ser vicentino

Los Elementos Esenciales de la Sociedad de San Vicente de Paúl —Espiritualidad, Amistad y Servicio— son iguales, inseparables y esenciales para su identidad, ya que unen a los miembros en una misión compartida de acción caritativa guiada por la fe. Esta unidad no sólo fortalece el vínculo entre los miembros, sino que también se extiende a aquellos a quienes sirven, reflejando un compromiso más profundo de vivir y compartir la fe, tal como lo ejemplificó el Beato Federico.

Contemplación: Una reserva sin límites

Contemplación: Una reserva sin límites

La regla de la Sociedad de San Vicente de Paúl desaconseja acumular dinero, haciendo hincapié en que los fondos deben utilizarse generosamente para las necesidades actuales sin hacer presupuestos para el futuro, confiando en que la Providencia proveerá según sea necesario. Sin embargo, más importante que la ayuda económica es ofrecer compañía, empatía y amor a los necesitados, ya que la verdadera caridad no está limitada por los recursos materiales.