La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) viene desempeñando un papel primordial en la promoción de los valores cristianos en el ámbito internacional. Desde su fundación en 1833, la SSVP se ha dedicado a ayudar a los más necesitados, defendiendo una sociedad civil más justa, solidaria y humana. En el ámbito global, uno de los principales focos de atención de la SSVP han sido las Naciones Unidas, donde el Consejo General cuenta con una Comisión dedicada a la defensa de tres consignas fundamentales: la paz, la empatía y la fraternidad. Estos valores están estrechamente ligados al mensaje evangélico y son fundamentales para la construcción de un mundo más solidario y unido.

Defensa de la cultura de la paz

La promoción de la paz es uno de los principios más importantes defendidos por la SSVP ante las Naciones Unidas, en todos los eventos, reuniones y actividades en los que participa. En un mundo cada vez más marcado por conflictos, guerras y divisiones, la paz se convierte en un bien precioso y prioritario. La SSVP entiende que la verdadera paz sólo puede alcanzarse a través del diálogo, el perdón y la justicia social. Inspirada en las palabras de Jesús, «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5,9), la SSVP actúa proactivamente para impulsar políticas y acciones que fomenten la paz, tanto en las relaciones entre naciones como entre individuos. A través de sus acciones, basadas en el pensamiento institucional, la organización pretende crear puentes y soluciones pacíficas a los problemas globales.

Defensa de la cultura de la fraternidad

Otro eje central de la labor de la SSVP es la promoción de la fraternidad. En las Naciones Unidas, la organización defiende la idea de la fraternidad entre todos los seres humanos, independientemente de sus diferencias culturales, religiosas, económicas o étnicas. La fraternidad constituye un llamamiento a la unidad y la solidaridad, valores que pueden transformar las sociedades, haciéndolas más justas y compasivas. El llamamiento bíblico a la convivencia fraterna es evidente, cuando el apóstol Pablo escribe: «Amaos fraternalmente los unos a los otros» (Romanos 12,10). Para la SSVP, la fraternidad es la clave para superar la desigualdad y la injusticia, y es esencial para construir una sociedad en la que todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y equidad.

Defensa de la cultura de la empatía

La empatía es otro de los valores que la SSVP trata de difundir en su quehacer internacional. Ante las Naciones Unidas, la organización enarbola la bandera de la empatía como forma de combatir la indiferencia y el egoísmo que a menudo impregnan las relaciones humanas e institucionales. Los vicentinos son empáticos por naturaleza a fin de poder realizar mejor su trabajo con las familias a las que asisten. La empatía nos permite ver el mundo a través de los ojos de los más vulnerables, comprendiendo su dolor y sus necesidades. Como nos enseñan las Sagradas Escrituras: «Alegraos con los que se alegran y llorad con los que lloran» (Romanos 12,15), la empatía nos llama a un compromiso profundo con el sufrimiento de los demás. Es este espíritu de solidaridad el que mueve a la SSVP a luchar por políticas que protejan a los más desfavorecidos y a fomentar una cultura global de la compasión.

Servir en esperanza: el lema de la SSVP

No hay que olvidar que la triada (paz, fraternidad y empatía) se basa en el lema mundial de la SSVP («Servir en la esperanza»), que refleja la esencia de su misión y está profundamente vinculado a estos estandartes defendidos por la organización en las Naciones Unidas. Al servir, la SSVP no sólo ofrece ayuda material, sino que también extiende la esperanza de un futuro más pacífico, donde prevalezca la fraternidad y la empatía transforme las relaciones humanas. La esperanza es el hilo que une estos tres principios, alimentando el compromiso de la SSVP de trabajar incansablemente para crear un mundo en el que la paz no sea sólo un objetivo lejano, artificioso o inalcanzable, sino una realidad cotidiana concreta. Al «servir en la esperanza», la SSVP reafirma su dedicación a fomentar un entorno de fraternidad y compasión, donde cada acto de solidaridad sea una semilla de un futuro más justo y lleno de amor para con nuestro prójimo.

Conclusión

El trabajo de la SSVP ante las Naciones Unidas es un reflejo de su misión de seguir las huellas de Cristo y del carisma vicenciano, promoviendo la paz, la fraternidad y la empatía en todos los ámbitos de la vida. A través de sus acciones, la Sociedad de San Vicente de Paúl busca ser voz de los sin voz, siempre guiada por los valores del Evangelio y el ejemplo de San Vicente de Paúl. En un mundo que se muestra cada vez más dividido, la SSVP continúa siendo un faro de esperanza, trabajando incansablemente para construir una sociedad más justa, fraterna, pacífica y empática. Que las Naciones Unidas y todos los líderes mundiales escuchen este mensaje y actúen en favor de un futuro más solidario para todos los hijos de Dios.

Renato Lima de Oliveira
Comisión de las Naciones Unidas
Consejo General Internacional
Sociedad de San Vicente de Paúl