Querido Movimiento de la Familia Vicenciana, ¡esta es una invitación dirigida a cada uno de ustedes! ¡Escuchemos lo que el Padre Tomaž Mavrič, CM tiene que decirnos!

Regístrese al encuentro de Noviembre en Roma en https://famvin.org/es/famvin-2024

Transcripción:

Querida Familia Vicentina, querido movimiento de la Familia Vicentina:

Es una gran alegría poder invitar a todos los miembros de las 176 ramas que, en este momento, forman parte de la Familia Vicentina, a todo el movimiento de la Familia Vicentina, a participar en este encuentro, que comenzará el 14 de noviembre, y finalizará el 17 de noviembre de 2024, aquí en Roma.

¡Qué importante es la presencia, el encuentro personal! Estamos en contacto por medio de las redes de comunicación, pero un encuentro personal es siempre más valioso. Mirándo uno al otro a los ojos, mirando uno al otro al corazón, mirando uno al otro al alma… manteniendo el fuego ardiendo, la sinodalidad vicentina en acción la vamos a poder desarrollar, expandir mucho más de esta forma, estando presentes físicamente uno junto al otro.

Por eso, les pido hacer todo lo posible para que representantes de las 176 ramas, más los demás miembros representantes del Movimiento de la Familia Vicentina, estén presentes dentro de unos meses, del 14 al 17 de noviembre, aquí en Roma.

San Vicente nos dijo el amor tiene que ser afectivo al mismo tiempo que efectivo, y lo vamos a conseguir con profunda humildad pero también profunda fe que con Jesús todo es posible. Y, para dar testimonio, estamos haciendo todo lo posible para recibirlos con todo amor a cada uno de ustedes, abrazarlos.

Ya les puedo mostrar aquí las pañoletas, como ejemplo, que ya están preparadas para cada uno de ustedes. Y, ¿cómo vamos a hacer? La vamos a llevar de esta forma por las calles de Roma. Nos vamos a ir encontrando con esta pañoleta, viéndonos aunque de lejos.

Y sabiendo que sí, que mirándonos a los ojos, mirándonos al corazón, mirándonos al alma, es eso el fundamento que nos va a ayudar a crecer, a crecer como Familia, a crecer como Movimiento.

Los esperamos con las manos abiertas, abrazándolos ya ahora, y luego en persona.

Que Dios les bendiga.