«Escojamos la vida, elijamos el futuro» La súplica del papa Francisco a los responsables de la toma de decisiones y a los participantes en la COP28 y a todos nosotros ha resonado en mi corazón. Pincha aquí para leer su discurso. «Escojamos la vida; elijamos el futuro» se ha convertido en un cántico que me canto en voz baja a lo largo del día. El papa Francisco continúa diciendo: «¡Escuchemos el gemido de la tierra, oigamos el clamor de los pobres, demos oídos a las esperanzas de los jóvenes y a los sueños de los niños! Tenemos una gran responsabilidad: velar porque no se les niegue el futuro». Esta es mi esperanza y la esperanza de tanta gente, en mi pequeña zona del mundo, y más allá. El Movimiento Laudato Si’, la Alianza Católica por el Clima y el Movimiento Católico por el Clima del área metropolitana de Nueva York (una sección del Movimiento Laudato Si’) son solo algunos de los grupos religiosos y de otro tipo que están optando por la vida y por un futuro próspero para los jóvenes y las generaciones futuras.
La encíclica de 2015, Laudato Si’: Sobre el cuidado de nuestra casa común, puso en palabras lo que muchos de nosotros vimos que estaba ocurriendo: un creciente movimiento de base de personas conscientes de la interconexión e interrelación de toda la vida. El llamamiento del papa Francisco a una ecología integral reafirmó la realidad de la que cada vez somos más conscientes: ¡las personas forman parte de la naturaleza, no están separadas de ella! La respuesta a la llamada de Laudato Si’ a la conversión y transformación ecológicas está cobrando impulso. Cada año, más familias, parroquias, diócesis, instituciones y congregaciones religiosas se comprometen con la Plataforma de Acción Laudato Si’, una iniciativa mundial del Vaticano de varios años de duración.
El papa Francisco destaca el consumismo, la justicia climática, las ideologías en conflicto, por nombrar sólo algunos desafíos. Su Exhortación Apostólica Laudate Deum de 2023 habla de cómo «Necesitamos repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites» (LD28). En ella, nos invita al cambio personal y estructural y habla de los requisitos para la transformación: la escucha atenta y profunda (de uno mismo y de los demás), la humildad, la confianza y la colaboración que son necesarias para abordar las causas profundas para que se produzca un verdadero cambio.
«Escojamos la vida; elijamos el futuro». Retomo este cántico a lo largo del día, consciente de las alegrías, las penas y las crisis de nuestro tiempo. La urgencia de responder a la devastación de la Tierra, nuestro hogar, y su impacto sobre las personas y otras especies de vida pesa en mi corazón, alma, cuerpo y espíritu. Todo mi ser está conmovido. Estoy llamada a estar atenta a la pesadez y al quebranto que hay en mí y en nuestro mundo. Me siento atraída a un lugar profundo dentro de mí donde el poder de Dios, de la Tierra y de toda la Creación están sembrando sabiduría, paz y esperanza. Estoy llamada a TOMARME TIEMPO AHORA, sola y con otros, para que estas semillas echen raíces, y en la oscuridad crezcan y se extiendan. La Tierra y la Creación de Dios son mis mentores. Tomarse tiempo para estar al aire libre y experimentar la maravilla, el asombro, el ciclo de la vida en la naturaleza nutre, restaura, cura y enseña. Al dar gracias por los mentores, te invito a que recuerdes a los mentores de tu vida que te guían para que elijas la vida y un futuro lleno de vida.
Hace poco escuché la entrevista de Christiana Figueres sobre Esperanza Ecológica y Evolución Espiritual en el programa de radio de Krista Tibbet, On Being. Christiana nos recuerda cómo es necesario un cambio de mentalidad para cambiar el comportamiento y las decisiones. A los 19 minutos de la entrevista, Christiana dice que el trabajo crítico que todos necesitamos hacer es estar anclados en nuestras emociones, abrazar el dolor y entender que el dolor y la pena son una señal de alarma para generar la energía necesaria para levantarnos y hacer el trabajo espiritual que hay que hacer. Para ella, nuestra evolución espiritual determinará si nos hundimos o prosperamos. La evolución hacia un sentido mucho más elevado de la conciencia, la consciencia y la acción sólo se producirá cuando nos veamos a nosotros mismos viviendo como la naturaleza.
Christiana Figueres y su coautor Tom Rivall-Cornoc, en su libro El futuro que elegimos: sobrevivir a la crisis climática, ofrecen un reto y una esperanza. Tenemos que reconocer los límites, ampliarnos y reconocer que nuestra crisis actual requiere un cambio total de nuestra forma de pensar y de nuestra conexión con la naturaleza. Ambos autores hablan del poder transformador de tres mentalidades fundamentales para cocrear un mundo mejor: optimismo obstinado, abundancia infinita, regeneración radical. El capítulo 4, Quiénes elegimos ser, nos invita a ver el cambio sistémico como un esfuerzo profundamente personal, ya que las estructuras sociales y económicas son producto de nuestra forma de pensar. Destacan que cambiar el yo y cambiar el mundo ya no se consideran esfuerzos separados. Quiénes somos y cómo nos presentamos en el mundo determinan nuestro futuro. El trabajo esencial de mirar dentro de uno mismo antes de actuar es el primer paso. Para que se produzca la transformación, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y de percibirnos a nosotros mismos. La Iniciativa Transformando la Gracia de la Conferencia de Liderazgo de Religiosas (LCWR) también nos llama a comprometernos en este trabajo interior de transformación.
¡Escojamos la vida! Elijamos el futuro: únete a mí en esta oración y práctica diarias. Que vayamos juntos, no solos, en este viaje de transformación hacia la conversión ecológica y un futuro floreciente.
0 comentarios