En este vídeo, el P. Luis Romero, CM, director de vocaciones de la COngregación de la Misión de la Provincia del Este, EE.UU., habla de la aparición de Nuestra Señora de Sión, y reflexiona sobre cómo podemos seguir el ejemplo de la Virgen durante la Cuaresma.
El video está en inglés; se ofrece la traducción al español después del mismo.
Traducción:
El 20 de enero de 1842, mientras esperaba a un barón en la iglesia de San Andrea della Fratte, Marie-Alphonse Ratisbonne tuvo una visión de la Santísima Virgen María: «Apenas había entrado en la iglesia cuando me invadió una confusión total. Cuando levanté la vista, me pareció que toda la iglesia había sido devorada por las sombras, excepto una capilla. Era como si toda la luz estuviera concentrada en aquel único lugar. Miré hacia esta capilla, de donde brillaba tanta luz. Y sobre el altar había una figura viva. Tan majestuosa, hermosa y llena de misericordia. Era la Santísima Virgen María, semejante a su figura en la Medalla Milagrosa. Al verla, caí de rodillas en el mismo lugar donde estaba. Incapaz de levantar la vista a causa de la luz cegadora, fijé mi mirada en sus manos. Y en ellas pude leer la expresión de la misericordia y del perdón. En presencia de la Santísima Virgen, aunque no me dirigió la palabra, comprendí la espantosa situación en que me encontraba, mis pecados y la belleza de la fe católica». Y tras esta experiencia mística, se convirtió al catolicismo, ingresó en el sacerdocio y comenzó un ministerio para la conversión de los judíos. Puesto que Nuestra Señora no habló una palabra a Ratisbonne, no hay un mensaje dado por la Santísima Madre de esta aparición. Sin embargo, podemos ver allí, un mensaje a través de esta experiencia. Fue un mensaje de sabiduría divina.
Durante la Cuaresma, mientras meditamos y reflexionamos sobre la Pasión de Nuestro Señor, podemos caer fácilmente en la tentación del miedo por lo que nos pueda suceder. María nos da un gran ejemplo de confianza en Nuestro Señor, incluso en los momentos más difíciles de nuestra vida. Confió incluso cuando no comprendía del todo. Pero nunca miró atrás; siguió confiando y haciendo la voluntad de Dios. Que nuestra Santísima Madre interceda por nosotros en este tiempo de Cuaresma. Que nos ayude a confiar en Dios, como ella lo hizo.
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