En este vídeo, el P. John Freund, CM, Ministerio de Comunicación Social, Seminario de San Vicente en Filadelfia, Pensilvania, habla de la aparición de Nuestra Señora de Gietrzwald, y reflexiona sobre cómo podemos seguir el ejemplo de la Virgen durante la Cuaresma.
El video está en inglés; se ofrece la traducción al español después del mismo.
Traducción:
Me sorprendió conocer estas apariciones aprobadas por la Iglesia en Polonia, en 1877, unos 30 años antes de Fátima. María se apareció a Justyna, de 13 años, cuando volvía a casa de su examen de precomunión. Y tres días después, a Bárbara, de 12 años, mientras rezaba el rosario. La hermana Barbara* tuvo una visión al pie de un arce, delante de la iglesia. Describió a la Virgen sentada en un trono entre ángeles, con Jesús en sus rodillas. Cuando le preguntó quién era, la Señora respondió: «Soy la Santísima Virgen María, la Inmaculada Concepción». Preguntó entonces a la Virgen, ¿qué quería María? Y María respondió: «Reza el rosario todos los días». Hubo otras dos preguntas: si la Iglesia en el reino de Polonia sería liberada y las parroquias huérfanas (abandonadas) de la zona sur de Varsovia volverían a tener sacerdotes. La Virgen respondió que si la gente rezaba con fervor, la Iglesia no sería perseguida y esas parroquias volverían a tener sacerdotes. ¿Por qué son importantes estas apariciones para nosotros hoy? Para empezar, es otra de las apariciones de María a los pobres. Y a los niños. Y su mensaje es siempre el mismo: «Rezad».
En esta Cuaresma, dediquemos un tiempo a rezar, como María nos pidió que hiciésemos. Creo que sería particularmente apropiado en esta Cuaresma rezar por la venida del Reino a nuestro mundo, pero especialmente a nuestros propios corazones. Reconocer que Dios cuida de nosotros. Sobre todo de los niños. Dios cuida de cada hombre, mujer y niño, y nos pide que hagamos lo mismo. La oración adopta muchas formas; puede ser con palabras, como el rosario, pero también con acciones. Y la lección para nosotros durante esta Cuaresma sería: ¿A quién cuidamos? ¿A quién tendemos la mano? ¿De quiénes son los gritos de los pobres, que Jesús, su Hijo, escuchaba constantemente? Siempre escuchó a los marginados. Y así, en esta aparición, junto con muchas otras apariciones, el desafío para nosotros es hacer esto en memoria de Él, que salió a buscar a los marginados, y siguiendo el ejemplo de María.
*Después de las apariciones, las dos videntes ingresaron en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
0 comentarios