En este vídeo, el P. Andrew Labatorio, administrador parroquial de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza en Filadelfia, Pensilvania, habla de la aparición de Nuestra Señora de la Esperanza, y reflexiona sobre cómo podemos seguir el ejemplo de la Virgen durante la Cuaresma.
El video está en inglés; se ofrece la traducción al español después del mismo.
Traducción:
Permitidme relataros la historia de la aparición de Nuestra Señora de la Esperanza. Sucedió en algún momento del 17 de enero de 1871, en el pequeño pueblo de Pontmain, Francia. Cuando el ejército prusiano avanzaba hacia el pueblo, la gente temía por su vida. Y el sacerdote del lugar, el padre Guerin, pidió a los niños que rezaran a la Virgen para que los protegiera.
Y mientras rezaban, la Virgen se apareció a Eugenio Barbadette, que entonces tenía 12 años, a su hermano José y, finalmente, a cuatro niños más. Sorprendentemente no había ni un solo adulto presente durante el momento de ver la aparición, y mientras los niños y la gente de allí rezaban y cantaban himnos de alabanza a María, el mensaje simplemente apareció en el cielo en letras doradas. El primer mensaje dice: «Pero orad hijos míos». Y siguieron rezando y cantando, y el segundo mensaje apareció también, y dice «Dios os responderá en poco tiempo». Y siguieron rezando y cantando, y apareció un tercer mensaje que dice: «Mi Hijo se deja mover a compasión».
Una de las monjas que estaba presente en aquella aparición rezó, dijo: «Madre de la Esperanza, de nombre tan dulce, protege a nuestro país. Ruega por nosotros, ruega por nosotros». Y mientras tenía lugar esta aparición, el ejército prusiano se retiró de la región y se firmó un tratado de paz entre Francia y Prusia.
Así, María nos pide que recemos, porque la oración nos cambia. Nos lleva a la mejor versión de nosotros mismos como hijos de Dios. Pero en la oración, veremos y experimentaremos la compasión de Nuestro Señor Jesucristo. Así que, queridos hermanos y hermanas, sigamos rezando, tomando prestadas las palabras de aquella monja que estaba presente en la aparición, cuando rezaba: «Madre de la Esperanza, de nombre tan dulce, ruega por nuestro país, ruega por nosotros, ruega por nuestras familias, ruega por nosotros, ruega por nosotros». Amén.
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