Las Hermanas Vicencianas de la Caridad (que más tarde se fusionaron con las Hermanas de la Caridad de Nazaret) desempeñaron un papel vital al servicio de las comunidades pobres y predominantemente negras del sur de Estados Unidos. Estas dedicadas mujeres respondieron a la llamada para luchar contra la opresión, la pobreza y el racismo en el Sur y establecieron misiones para proporcionar educación, asistencia sanitaria y servicios sociales a los necesitados.

Sor Paula Merrill con su paciente y amiga Willa Mae durante el tiempo que la hermana estuvo en misión en Mississippi.

Las Hermanas Vicencianas de la Caridad (VSC) llegaron a Alabama en 1940, respondiendo a la llamada del Padre Harold Purcell, que ya había establecido algunos proyectos en el estado para ayudar a los que sufrían discriminación. Las VSC desempeñaron un papel determinante en el crecimiento y el éxito de estas diversas misiones, incluidas las de Marbury, Phenix City y la Ciudad de San Judas en Montgomery.

La primera misión de las VSC en Marbury se encontraba en una zona rural pobre. Con recursos limitados, las hermanas empezaron con una pequeña residencia de ancianos y, con el tiempo, abrieron una escuela. La mayoría de los residentes de la zona eran arrendatarios o aparceros, y muchos niños vivían demasiado lejos de la ruta del autobús para ir a la escuela, por lo que las hermanas iban a sus pueblos a recogerlos en una camioneta. Más tarde, las hermanas adquirieron un autobús escolar, al que llamaban la «Carroza dorada». Las hermanas también solían proporcionar ropa y comida a los alumnos que acudían a la escuela sin atuendo adecuado o sin almuerzo.

Estudiantes con «la Carroza dorada», un autobús escolar utilizado para la Misión del Espíritu Santo en Marbury.

Las hermanas también salían a servir a la comunidad local en sus casas, cuando las personas no se podían acercar a la misión. En 1958, las hermanas se retiraron de la Misión del Espíritu Santo en Marbury, ya que sus servicios eran necesarios en Montgomery. Sin embargo, regresaron de 1975 a 1986 para seguir ayudando a la comunidad empobrecida.

En Phenix City, en 1940, la misión de las hermanas comprendía una iglesia, una clínica y una escuela con capacidad para 125 alumnos. La Misión Madre María de Phenix City creció y adquirió una reputación tan positiva que había lista de espera para nuevos alumnos en la escuela. Aunque la misión gozaba de buena reputación, las hermanas tuvieron que enfrentarse a reacciones negativas por su trabajo.

Sor Mary Ann McCall, VSC, recuerda las amenazas de miembros del Klu Klux Klan de quemar una cruz cerca de la misión. Aquella noche, cientos de hombres negros rodearon el convento para protegerlo, mientras llegaban coches cargados de miembros del KKK, que se marcharon sin incidentes.

A pesar de afrontar problemas provocados por los residentes blancos que no estaban contentos con sus servicios a los afroamericanos, las hermanas recibieron un apoyo abrumador de las comunidades a las que servían y continuaron proporcionando educación, atención sanitaria y servicios sociales en la zona durante muchos años.

Una de las misiones más conocidas de las hermanas en el Sur fue la de San Judas, en Montgomery, que fue la materialización del sueño del Padre Purcell de una misión fundada en 1936 que contaba con un complejo en 56 acres de terreno. El complejo comprendía una iglesia, escuelas, un convento, un centro de servicios sociales, una clínica, una residencia para niños con necesidades especiales y un hospital con una escuela de enfermería.

Sor Mary Bonay con pacientes en la clínica de la Misión Madre María en Phenix City.

Las Hermanas VSC empezaron a administrar el hospital de San Judas en 1951. Fue aquí donde las hermanas atenderían más tarde a los manifestantes heridos a su llegada durante el Movimiento por los Derechos Civiles de camino al Capitolio del Estado de Alabama. En 1958, las hermanas dejaron la misión de Marbury para atender las escuelas de San Judas y, con el tiempo, trabajarían en otras zonas de Montgomery.

Al mismo tiempo que las Hermanas Vicencianas tenían una larga historia en Alabama, las Hermanas de la Caridad de Nazaret continuaron su presencia en otra parte del Sur, Mississippi. Las Hermanas de la Caridad de Nazaret habían llegado a Mississippi en 1868, donde establecieron una escuela y proporcionaron cuidados sanitarios durante un brote de fiebre amarilla en Holly Springs. Durante el siglo siguiente siguieron sirviendo a la población de Mississippi, en particular a las comunidades afroamericanas de los condados de Union, Pontotoc y Calhoun. En 1976, las Hermanas unieron fuerzas con Sacred Heart Southern Ministries. Esta organización católica había servido principalmente a las comunidades afroamericanas de las zonas rurales del norte de Mississippi desde 1942, construyendo escuelas, iglesias y otras instituciones benéficas.

Las hermanas trabajaban en diversos lugares de misión, como el Centro de Atención Infantil CADET y el Centro de Servicios Sanitarios de Holly Springs, así como en varias parroquias, como la Parroquia de la Sagrada Familia de Gloster y la Parroquia de Santa Ana de Fayette, donde ofrecían servicios pastorales y sociales a las comunidades.

Mucho antes de su fusión en 2008, tanto las Hermanas Vicencianas de la Caridad como las Hermanas de la Caridad de Nazaret manifestaron su poderosa llamada a servir a los demás. Sus misiones en el Sur y en otras zonas han dejado un impacto duradero y se recuerdan como símbolos de su compromiso en la lucha contra la opresión, la pobreza y el racismo. Este compromiso se mantiene hoy en otras partes del mundo, donde estas hermanas, miembros de una congregación internacional cada vez más numerosa, siguen defendiendo a los oprimidos y a quienes viven en los márgenes.

Fuente: https://nazareth.org/