Para los miembos de la Familia Vicenciana, la pregunta: «¿Qué debo hacer en Cuaresma?» se aborda desde la solidaridad con y para los que viven en la pobreza.
En la siguiente presentación, aprenderemos por qué san Vicente insistía en la virtud de la mortificación, la autodisciplina que se opone a buscar sólo lo que me agrada en el aquí y ahora, en aras de objetivos más importantes. Esta virtud tiene que ver con la toma de decisiones y los objetivos que hay detrás de ellas.
Algunas citas para la reflexión:
- «No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial» (Papa Francisco, Mensaje de Cuaresma de 2014).
- «En lugar de renunciar a comer chocolate o alcohol durante la Cuaresma, el papa parece que quiere que renunciemos a nuestra indiferencia hacia los demás» (De «Giving Up Indifference for Lent», por Jim Wallis para el Huffington Post).
- «La Cuaresma es un tiempo de oración, de una oración más intensa, más prolongada, más asidua, más capaz de asumir las necesidades de los hermanos; oración de intercesión, para interceder ante Dios por las muchas situaciones de pobreza y sufrimiento» (Francisco, Homilía del 5 de marzo de 2014).
- «Es un tiempo para escuchar la voz interior, pero también un tiempo para prestar atención a las necesidades de otras personas» (Henri Nouwen).
- «Hoy […] todo se compra y se vende. Todo está calculado y medido. La limosna nos ayuda a experimentar la gratuidad, lo cual conduce a liberarnos de la obsesión de poseer, desde el miedo a perder lo que tenemos, desde la tristeza de alguien que no desea compartir su riqueza con los demás. «(Papa Francisco, Homilía del 5 de marzo de 2014).
- «… Tenemos que reflexionar sobre nuestra voluntad de sacrificio, o, como lo llamamos en nuestra propia tradición vicenciana, la virtud de la mortificación. La raíz de la palabra mortificación es morir a uno mismo, sacrificarse, para poner al otro en primer lugar» (P. G. Gregory Gay, CM, Carta de Cuaresma de 2009).
0 comentarios