La 50ª Semana Nacional de las Migraciones, que este año se celebró del 7 al 14 de agosto, acogió el reto del Santo Padre de rezar esta propuesta de esperanza: «construir el futuro con los migrantes y refugiados».

Unidos construimos un «nosotros» cada vez mejor: una única familia humana, es el lema que nos inspira y refleja la acción de la Obra Católica Portuguesa da Migrações (OCPM) a lo largo de estos 60 años. Este servicio de la Conferencia Episcopal Portuguesa, supervisado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Movilidad Humana, ha mostrado a lo largo del tiempo la preocupación de la Iglesia en Portugal por su diáspora, los inmigrantes, los solicitantes de asilo, los refugiados, los desplazados internos y las víctimas del tráfico de personas. La sección Migrantes y Refugiados recibe las directrices pastorales para este sector.

El pasado 1 de julio, día del aniversario, tuve el honor de recibir y escuchar en persona al padre Fabio Baggio, subsecretario del dicasterio para la promoción del desarrollo humano integral y de la sección de Migrantes y Refugiados, tutelada por el papa Francisco. De este sector recibimos todas las orientaciones pastorales que intentamos conocer y difundir.

La OCPM acompaña a los agentes de pastoral en Portugal, a las comunidades católicas de habla portuguesa en la diáspora y a la capellanía nacional ucraniana. Estudia el magisterio de la Iglesia y la evolución del fenómeno en el país y en la UE, dialoga con estructuras similares a nivel europeo, participa en diferentes grupos de trabajo con el objetivo de sensibilizar e incidir, en este contexto coordina FORCIM (Foro de Organizaciones Católicas para la Inmigración y el Asilo), participa mensualmente en las reuniones de CAVITP (Comisión de Apoyo a las Víctimas de la Trata de Personas), forma parte del grupo de Migración y Asilo de COMECE (Consejo de Conferencias Episcopales de la Unión Europea). Participa en diversas iniciativas de la sociedad civil y de las autoridades estatales relacionadas con este sector. Buscamos crecer en la capacidad de crear redes y aceptar el reto de la sensibilización y la formación.

El mensaje pontificio de 2021, «hacia un nosotros cada vez mejor», y las orientaciones pastorales para el diálogo intercultural, que salieron a la luz en marzo de este año, permiten diseñar un itinerario pedagógico que no pierda actualidad y sea adaptable a las necesidades de cada lugar y cada persona.
– Reconocer y superar el miedo
– Promover el encuentro
– Escuchar y ser compasivo
– Vivir nuestra catolicidad
– Reconocer a los inmigrantes como una bendición
– Cumplir la misión de evangelización
– Cooperar para la comunión

La 50ª Semana Nacional de las Migraciones, que este año se celebró del 7 al 14 de agosto, acogió el reto del Santo Padre de rezar esta propuesta de esperanza: «construir el futuro con los migrantes y refugiados».

Dos alegrías coronaron la peregrinación de los emigrantes y refugiados los días 12 y 13 de agosto: la presencia y la presidencia de Edgar Moreira da Cunha, obispo de Fall River, diócesis donde vive una gran diáspora portuguesa, considerada la décima isla de las Azores. La segunda alegría fue reanudar, tras dos años de restricciones pandémicas, la vigilia nocturna animada por los secretariados diocesanos para la migración, las comunidades católicas de la diáspora y la capellanía nacional ucraniana. Es necesario vivir el itinerario de oración propuesto para entender cómo se ha constituido uno de los pilares de la OCPM a lo largo del tiempo.

En este año de aniversario en el que recordamos a los obispos, agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y laicos que se hicieron migrantes con los migrantes, dando vida y sentido a esta pastoral, damos gracias también por las comunidades cristianas y congregaciones religiosas que han despertado a este fenómeno y están disponibles para la co-construcción de un mundo más justo, más capaz de comprometerse con la paz en los pequeños gestos de la vida cotidiana.

En apoyo de este compromiso está la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, para la que los Pontífices han escrito un mensaje desde hace más de 108 años. Desde 2019 este día ha sido fijado por el actual Santo Padre en el último domingo del mes siguiente, este año marcado el 25 de septiembre. Un día de celebración para toda la Iglesia, pero también de reflexión y sensibilización en busca de caminos de transformación.

Con la esperanza de que cada lector pueda participar activamente, me gustaría compartir las cuatro preguntas que nos hace el Santo Padre y que nos ayudan a ser una familia humana que, a pesar de la diversidad, no deja a nadie atrás:
1. ¿Cómo podemos construir un futuro en el que todos vivan en paz y prosperidad?
2. ¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro?
3. ¿Cómo podemos promover el desarrollo del potencial de los inmigrantes y refugiados?
4. ¿Cómo podemos promover un encuentro enriquecedor con inmigrantes y refugiados?

La idea es que el mayor número posible de personas e instituciones puedan hacer oír su voz.

Eugénia Quaresma
Fuente: https://www.padresvicentinos.net/