Todas las familias tienen sus preferidos.

En realidad, puede haber muchos favoritos en una familia, dependiendo de a quién se le pregunte y de su nivel de honestidad. Esto no significa necesariamente que queramos menos a otros miembros. Simplemente significa que, por diversas razones, nos sentimos más cerca de un miembro de la familia que de otro en un momento determinado.

En algunos momentos de mi vida, me he sentido más cerca de mi madre que de mi padre. Otras veces fue al revés. Por supuesto, hubo momentos en los que me sentí más cerca de mi hermana porque estaba más cerca de mi edad, con todo lo que eso implica en una familia de inmigrantes. Dependía mucho del momento en que me encontrara en mi proceso de crecimiento. Independientemente de con quién me sintiera más cerca, nunca dejé de amar a mi familia.

Mi relación con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo

Al repasar mi vida me doy cuenta de cómo, a lo largo del tiempo, mi relación con Dios ha enfatizado a una u otra persona de la Trinidad. Sospecho que muchos de nosotros nos relacionamos con Dios tal y como se nos reveló en la persona de Jesús, o, como algunos dirían, Dios en la carne. Pero, ¿quién de nosotros no ha tenido momentos en los que se ha quedado asombrado ante algún aspecto de nuestro mundo y ha sentido la cercanía de Dios como Creador? O qué decir de los momentos en que hemos sentido la inspiración del Espíritu para entender algo.

Sé que en mi vida he pasado por fases en las que me sentía más cómodo con el Padre… el Hijo… o el Espíritu Santo.

Nuestras cambiantes imágenes de Dios

Hace algún tiempo, el renombrado Instituto de Estudios Religiosos de la Universidad de Baylor elaboró breves descripciones de las principales imágenes de Dios. Mientras lees lo siguiente, ten en cuenta que muchos de nosotros pasamos de una imagen a otra con bastante facilidad.

• Dios autoritario: muy implicado en la toma de decisiones personales y en los asuntos del mundo —responsable de los problemas económicos, los terremotos, los tsunamis—, envía castigos a los infieles ahora y en el futuro.
• Dios benévolo: muy implicado y activo en nuestra vida cotidiana, pero no de forma airada e iracunda; influye positivamente en nuestro mundo y está profundamente comprometido con él.
• Dios crítico: no interactúa directamente con el mundo, pero lo ve a él y a nosotros de forma desfavorable. El descontento de Dios con nosotros se hará sentir en la justicia divina después de nuestra muerte.
• Dios distante: no «hace» cosas en el mundo ni opina sobre nosotros o los acontecimientos del mundo. Dios es una fuerza cósmica que puso en marcha las leyes de la naturaleza y se marchó.

Me pregunto si con el tiempo nos inclinamos hacia uno u otro.

Independientemente de con cuál te identifiques, podrías preguntarte: «¿Cómo te funciona esa imagen?».

Algunas cosas en las que pensar

• En esta etapa de mi vida, ¿de qué persona o concepto de Dios soy más consciente?
• ¿Cómo puede influir nuestro concepto de Dios en nuestra visión de la vida y de la comunidad?

Richard Rohr ofrece esta oración con otra forma de nombrar nuestra relación con Dios…

Dios para nosotros, te llamamos «Padre».
Dios junto a nosotros, te llamamos «Jesús».
Dios dentro de nosotros, te llamamos «Espíritu Santo».
Juntos, sois el Misterio Eterno
que permite, envuelve y vivifica todas las cosas,
incluso a nosotros y a mí.
Todo nombre se queda corto ante tu bondad y tu grandeza.
Sólo podemos ver quién eres en lo que es.
Te pedimos tal perfecta visión, como era en el principio, como es ahora y como será siempre.
Amén.

¡Ahora veo por qué ha estado rezando esta oración durante 20 años!

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk