Sor Migdalia, una Hija de la Caridad que ha estado trabajando en El Paso, es miembro de la «cofraternidad de vicentinos en la frontera». Aquí comparte con nosotros la segunda de dos reflexiones. Pueden leer la primera aquí.
Como todos saben, la pandemia nos ha dado lo que yo llamo una «experiencia migratoria». Algunos de nosotros hemos tenido que trasladarnos de nuestros espacios de trabajo a los de casa y crear un ambiente de trabajo. No es muy saludable desde el punto de vista psicológico llevar el trabajo a casa, pero en este caso el trabajo está en casa. Desde finales de marzo DMRS (Diocesan Migrant & Refugee Services) cerró nuestras oficinas debido a la pandemia de COVID-19. Creo que si alguien hubiera hecho una radiografía de nuestro cerebro en ese momento habría aparecido un claro signo de interrogación en nuestros resultados.
Soy trabajadora social de Menores No Acompañados; visitamos albergues de niños bajo la custodia de la ORR. Disculpen las siglas pero ese es nuestro dialecto cuando estamos cerca de los abogados. Hacemos la presentación de «Conozca sus derechos» y la revisión legal para ayudar a estos menores lo mejor que podamos. Para los menores y para nosotros es muy significativo ese contacto directo con ellos. Para ellos significa que alguien se preocupa por ellos y para nosotros significa un servicio lleno de amor y compasión.
Cuando pienso en ellos, no tengo motivos para quejarme. ¿Se imaginan lejos de la familia, del país y de lo conocido a un refugio restringido y en medio de una pandemia? Hablando de aislamiento y del paquete que conlleva: depresión, ansiedad y trauma. ¡Sólo son niños, por amor de Dios!
Algunos menores, al no tener padrino y ser menores de 18 años, probablemente tengan derecho a algún tipo de ayuda legal. En el DMRS, tienen la oportunidad de obtener representación legal en los tribunales por parte de nuestro increíble equipo de abogados respaldados por el resto de nosotros.
Entonces, ¿cómo llegamos a los menores en cuarentena? Gracias a las ventajas de las redes sociales: Zoom, Skype, FaceTime, Acceso Remoto y otros. A veces es frustrante cuando no se sabe hacerlo.
También hay otros casos que iniciar, seguir o trabajar como el Estatus Especial de Inmigrante Juvenil, Asilo, Tráfico de Personas, Salidas Voluntarias, Salidas por Edad, Cambios de Estatus en el MPP, Casos de Naturalización, etc. Velamos por que nuestros hijos sean tratados legalmente con dignidad y respeto. Somos un equipo y todos colaboramos para hacer las cosas. No quiero poner en ustedes más estrés en tiempos de tensión pero la Ley de Migración es compleja y constantemente saboteada por «órdenes ejecutivas».
Veo a Dios trabajando en esta crisis: estamos llamados a vivir en relación con Dios, a pesar de que nuestras iglesias están cerradas; en relación con los demás cuando no podemos abrazarlos; en relación con nosotros mismos aún más cuando somos vulnerables.
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