«El planeta es patria y la humanidad es pueblo que habita una casa de todos. Un mundo interdependiente significa … procurar que las soluciones se propongan desde una perspectiva global y no sólo en defensa de los intereses de algunos países. La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común” – Laudato Si, capítulo 5
«Laudato si», la segunda encíclica del papa Francisco, de 2015, nos llama a la acción incluso antes de que empiece. Su subtítulo, «sobre el cuidado de la casa común», nos posiciona para pensar en nuestra responsabilidad en la administración del medio ambiente y el desarrollo, no como una campaña externa, sino como una especie de limpieza: el planeta no es simplemente un medio ambiente en el que existimos; es nuestro hogar. Nos criamos en sus montañas y valles, en sus aguas y sus costas. Plantamos nuestras raíces en su tierra.
«Laudato si» es un texto que está profundamente preocupado por las raíces. El papa Francisco escribe con consternación sobre las «raíces éticas y espirituales de los problemas ambientales, que nos invitan a encontrar soluciones no sólo en la técnica sino en un cambio del ser humano, porque de otro modo afrontaríamos sólo los síntomas». Él nos insta a tomar medidas urgentes que no se refieren a los resultados sino a los insumos: para resolver los problemas no podemos simplemente preguntarnos, «¿Qué ha sucedido?» sino también, «¿Por qué ha sucedido esto, y cómo podemos cambiarlo?» Estas son preguntas difíciles con respuestas complejas, pero Laudato si’ es un texto optimista. Que una cuestión sea compleja no significa que sea irresoluble, y la encíclica es menos una condena que una llamada a la acción.
La falta de vivienda es un problema complejo, que afecta a los más vulnerables de la sociedad, con raíces profundas e interrelacionadas: el desempleo y el subempleo; la discriminación contra ciertas razas, etnias, géneros y sexualidades; la violencia en las relaciones; la salud física y mental; las adicciones; y, como señala el papa Francisco, la degradación del medio ambiente, ya que «los cambios en el clima… afecta los recursos productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos». Y si bien es un problema que puede resolverse, hacerlo requiere que no sólo nos ocupemos de alojar a los que ya están en la calle, sino también de abordar en primer lugar las razones fundamentales por las que las personas se quedan sin hogar.
Esta es una parte clave del trabajo del Institute for Global Homelessness (IGH). Tomamos una visión global pero un enfoque local, operando a nivel de la ciudad para entender no sólo cuántas personas están sin hogar, sino quiénes, por qué y cómo trasladarlas a una vivienda que puedan sostener. El IGH ayuda a las ciudades a comprender cuáles son los caminos que conducen a la falta de vivienda, incluyendo el cambio climático, las prácticas de desarrollo perjudiciales y la exclusión social. Esta labor no se realiza imprimiendo normas e ideas occidentales en las ciudades, sino elevando y apoyando los conocimientos locales: como escribe el papa Francisco, «Así como la vida y el mundo son dinámicos, el cuidado del mundo debe ser flexible y dinámico». A las ciudades se les pide que aborden el trabajo de los sin techo a través de la asociación con personas de experiencia vivida y con respeto a todas las comprensiones culturales de lo que hace un «hogar».
Sabemos cuáles son las raíces de la falta de hogar, y cómo se conectan a otros sistemas en una red compleja. Pero la complejidad no hace que un problema sea imposible de resolver, y la falta de hogar puede —debe— ser resuelta si queremos avanzar hacia un mundo sostenible donde todos los humanos disfruten «del derecho a la vida y a la felicidad… radicado en su dignidad inalienable«.
Molly Seeley,
Gerente de Proyectos Especiales,
Institute of Global Homelessness
El Carisma Vicenciano y Laudato Si’ es nuestro esfuerzo por compartir las diferentes maneras en que los Vicencianos descubren que su carisma se conecta con Laudato Si’. Animamos a que hagan comentarios sobre estas publicaciones y damos la bienvenida a cualquiera que esté interesado en enviar un artículo a Jim Paddon en jpssvp@hotmail.ca.
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