«Ver» es el comienzo necesario del cambio sistémico.

Damos por sentado la visión, hasta que sufrimos algún problema ocular y corremos el riesgo de no poder ver. Ver no de debe dar da por sentado cuando se afrontan problemas pastorales persistentes.

¡Hay «vistas» y «vistas»! El cambio sistémico requiere mirar de nuevo a algo que vemos… pero que no vemos. Este tipo de visión es realmente más como leer; leer los «signos de los tiempos».

San Vicente fue un hombre que aprendió a «ver», en el sentido de «comprender». Su punto de partida es el conocimiento directo de los sucesos, sobre los que reflexiona antes de actuar. A menudo encontramos en sus cartas y conferencias los verbos «ver» o «mirar».

No sólo comenzó a ver la realidad tal como era, sino que «imaginó» o vio posibilidades.

Vicente no siempre vio con tanta claridad de visión.

¿Qué cambió a Vicente?

Una combinación de influencias de sus mentores y su lectura de las Escrituras, combinada con su practicidad campesina le llevó a ver más allá de lo obvio.

• En el encuentro con el campesino moribundo en Folleville «vio» la pobreza espiritual… y esta visión le llevó a las misiones que siguieron.
• En el encuentro con la familia pobre y enferma de Châtillon, «vio» la pobreza física… y esta visión le llevó a la formación de la primera Cofradía de la Caridad.

Una vez que empezó a ver, Vicente se hizo preguntas. ¿Podrían cambiarse las cosas que llevaron a tal pobreza de cuerpo y espíritu? Entonces juzgó que podía y debía cambiarse. «¿Qué hay que hacer?», juzgó.

Ver, juzgar llevó a actuar

Después de haber visto y juzgado, actuó. Puso toda su energía y talento en cambiar lo que podía… paso a paso.

El primer pensamiento de Vicente se centró en las posibilidades de ir de parroquia en parroquia para ayudar a otros a ver los problemas espirituales y físicos. Entonces se dio cuenta de que era necesario reformar el clero. ¿Quién continuaría el trabajo después de su partida? Comenzó con lo que hoy llamaríamos educación continua. Pero se dio cuenta de que la formación inicial sería una solución más efectiva.

¡Ahí lo tienen! Su visión pastoral era «Ver, Juzgar y Actuar».

Dudo que Vicente pudiese imaginar que esta forma de pensar se arraigara siglos después en Federico Ozanam y su posterior seguidor Giuseppe Toniolo. Fue Toniolo quien influyó en la pionera enseñanza social de León XIII frente a las «Cosas Nuevas» (Rerum Novarum). Viendo, juzgando y actuando frente a las desigualdades sociales de su época.

Dudo que Vicente pudiese imaginar que un hombre, que ahora conocemos como Francisco, utilizara la metodología en la redacción de un documento innovador que surgió de una reunión de obispos en América Latina en 2007. Ni que este hombre, como Papa, daría forma a su visión pastoral de la iglesia, Evangelium Gaudium, basándose en este mismo patrón de resolución de problemas… «Ver, Juzgar y Actuar».

¡Tanto se puso en marcha por el simple proceso de «ver»!

Y ahora, ¿qué hay con nosotros?

• ¿Cuáles son las experiencias que me han hecho ver la pobreza física?
• ¿Cuáles podrían ser los momentos de Châtillon en mi vida?
• ¿Cuáles podrían ser los momentos de Folleville en mi vida?