Si se le preguntara a la gente qué se hace en las Naciones Unidas, la mayoría diría «discuten cosas, y luego crean comités para seguir hablando de lo mismo».
¡Este septiembre no! La ONU nos invita a una Semana de Acción, del 18 al 26 de septiembre, una semana de acción global concentrada a favor de las Personas y el Planeta.
Martin Luther King Jr. nos recordó que el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia. ¡Pero tenemos que ayudar a que así se doble! Lo mismo ocurre en la Semana Mundial para actuar por un futuro mejor: uno que sea más igualitario, más activo en el cambio climático, uno que busque terminar con la pobreza, y que proteja la salud.
Estos objetivos requerirán una seria «flexión» para ser alcanzados, o como dice la ONU «Darle la vuelta» por el bien de la humanidad. Los objetivos están consagrados en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU como la «Agenda 2030» del mundo.
La Semana de Acción del próximo mes presenta un desafío a nuestra creatividad: cómo compartir con otros una agenda crítica de temas que dan y salvan vidas en medio de una pandemia en la que todo se hace virtualmente. Pero la creatividad para hacer el bien, y hacerlo bien, está en nuestro ADN: san Vicente de Paul nos recuerda que el amor es creativo hasta el infinito.
Siendo realistas, ¿qué podríamos hacer?
¿Qué tal empezar un «ayuno» del plástico? El plástico, uno de los inventos más útiles de la historia, ha llegado a ser una desventaja casi igual. Cuatrocientos millones de toneladas son producidas anualmente; sin embargo, menos del 18% es realmente reciclado. Y la pandemia actual sólo está exacerbando el problema, ya que los envases desechables para llevar y para hacer la compra aumentan el esfuerzo por mantener las infecciones a un nivel bajo. Conocemos la isla de plástico que flota en el Pacífico, y escuchamos que el plástico se está filtrando en la cadena alimenticia, pero parece que no podemos frenar su uso de manera significativa.
Todo el mundo busca en Google. Podríamos buscar los 17 ODS y el breve y convincente texto de cada uno, y dialogar en profundidad el que más llame nuestra atención con la familia y amigos, o la gente de nuestro ministerio, comenzando las discusiones que deben ocurrir si queremos darle la vuelta a la gente y al planeta.
Las redes sociales son omnipresentes. Podríamos usar estas plataformas para difundir los objetivos que parecen pertenecer a un mundo perfecto, pero que son totalmente alcanzables si la gente en el terreno trabaja colectivamente. ¡Quizás los líderes nos sigan!
La pobreza no puede ser eliminada hasta que todo el mundo tenga una «casa». Dado que la falta de vivienda en el mundo es el foco actual de la Familia Vicentina mundial, podríamos investigar lo que nuestra ciudad o comunidad hace con los seres humanos —incluso con las familias— «durmiendo en la calle». Y luego encontrar una manera de hablar sobre ello.
Si nos tomamos en serio esta semana de llamada a la acción de la ONU, podría ponernos en el camino hacia ese futuro mejor. Todo lo que se necesita es un poco de «flexión» para darle la vuelta.
Jim Claffey,
Representante de la ONG de la Congregación de la Misión ante la ONU.
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