Ante la presente pandemia de coronavirus, el Consejo General de la Sociedad de San Vicente de Paúl invita a los Vicencianos de todo el mundo que imploren a María, durante los meses de marzo y abril de 2020, con una oración muy sencilla que rezaremos pausadamente:
– Un Ave María
– Esta oración dedicada a los Vicentinos del mundo:
Señor y Padre Nuestro,
Nuestra vocación de Vicentinos consiste en servirte ayudando a las personas desfavorecidas del mundo entero. Señor, protege a tus servidores de todas las enfermedades transmisibles, que se pueden contraer durante las visitas y actividades de caridad hechas en tu nombre.
Vena socorrer a todos los que padecen actualmente el Coronavirus y haz que se pueda controlar esta epidemia mundial rápidamente.
NUESTRA SEÑORA DE PONTMAIN (FRANCIA)
“Recen hijos míos. Dios pronto les concederá lo que piden. Mi Hijo se deja conmover por la compasión”.
Apariciones de la Virgen María en Pontmain (Francia) el 17 de enero de 1871
En este periodo agitado e incierto en el que “el sol se oscurece”, “las estrellas caen” una a una y donde“la luna ya no da luz”, (Mateo, 24, 29) nos volvemos hacia María, nuestro Refugio, nuestra Madre. Ella es la señal que Dios nos da en el combate, en el momento en que las fuerzas del Mal se desatan: “una Mujer, que tiene el sol por manto, la luna bajo los pies, y en la cabeza, una corona de doce estrellas”. (Apocalipsis, 12, 1)
María, Santa Patrona de la Sociedad de San Vicente de Paúl, te suplicamos que intercedas por el mundo ante Tu Hijo, Nuestro Señor Jesús.“¡Nosotros sabemos que realmente es Él el Salvador del mundo!” Juan 4, 42. Confiamos en que intercedas en particular por:
- Las personas que visitamos o con las que nos encontramos, en particular, las que viven en las obras sociales administradas por la SSVP
- Nuestros hermanos y hermanas más frágiles y castigados
- Todos aquellos que no tienen Fe, los que tienen miedo, los que están desamparados
- Nuestras Conferencias, nuestros Consejos, nuestras Obras caritativas, todos nuestros miembros, todos nuestros voluntarios
- La Iglesia entera, nuestros sacerdotes, nuestros obispos, nuestros seminaristas, nuestros diáconos
- El personal sanitario
- Nuestras familias, nuestros allegados, nuestros colegas de trabajo
- Los que van a morir hoy
- Nosotros mismos. Para que el Señor nos dé la gracia de una auténtica conversión y para que vivamos más las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad.
MEDITEMOS CON EL BEATO ANTONIO FEDERICO OZANAM
En la incertidumbre, creer en la Providencia
«Deseemos todo lo que Dios desea, incluso la incertidumbre. La incertidumbre es precisamente la prueba en la que le gusta ponernos para reconocer nuestra confianza en Él. Él ha hecho la vida incierta, y la muerte, e incluso la virtud. Nosotros quisiéramos estar seguros de nuestros ingresos el año próximo, y no tenemos la certeza del sol de mañana. Queremos poder contar con la fortuna cuando no podemos garantizarnos ocho días de salud. Al retirarnos los apoyos humanos, la Providencia nos hace sentir mejor que ella se encarga de nosotros. Es como una madre que quita a su hijo la silla en la que estaba sentado, pero lo hace para cogerlo en sus brazos» (Beato Antonio Federico Ozanam, carta a su esposa Amélie del 27 de julio de 1844).
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Fuente: https://www.ssvpglobal.org/
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