Evelyn Marie Sabino forma parte del Cuerpo de Paz y como voluntaria está siguiendo, desde hace dos años, un proyecto en Goudiry, un pueblo de 10 mil habitantes de Senegal. Ella ha cerrado la última Mesa Redonda del “Finding Vince 400”. Evelyn es una chica estadounidense que sintió la fuerte necesidad de abandonar las comodidades de su país para experimentar la solidaridad fuera de su casa y en una cultura diferente. “Podría haber sido voluntaria en Estados Unidos —dijo en el Pane— pero no sería lo mismo. Pensé que era importante marchar y probarme en un lugar lejano. A pesar de las dificultades, no he afrontado algo comparable a lo que mi madre pasó durante su infancia”.
En Goudiry, Evelyn tiene como objetivo apoyar a las mujeres que desean convertirse en empresarias para comenzar su propio negocio. Las razones son muchas: liberar a las mujeres de la cultura machista en Senegal y hacerlas autónomas, y hacer que la sociedad local logre su autonomía.
Evelyn enfatiza la importancia del rol de los voluntarios que son libres participar en otros proyectos, además de aquellos para los que fueron enviados. De hecho, ella está reflexionando con las familias del lugar sobre cómo encontrar una solución a la eliminación de basuras. No hay servicio de eliminación en Goudiry, y la basura se puede encontrar en todas partes, lo que hace que las condiciones sanitarias sean muy precarias.
Después de esta introducción, nuestra Voluntaria presentó el verdadero objeto de su intervención: la realización de un libro ilustrado por el título “Maimouna makes a goal” (Mainouna marca un gol).
La historia del libro es fascinante: todo comienza gracias a otro voluntario que le dice a Evelyn que los niños no tienen libros para colorear. El problema es doble porque traer libros de América plantearía el problema cultural. Muchos de nuestros libros para colorear cuentan historias que no están en línea con la cultura del lugar, por lo que Evelyn ha decidido crear una historia sin precedentes para ser coloreada por los niños de Goudiry. La historia trata sobre una niña que quiere jugar al fútbol con su hermano y sus amigas, pero por razones de género queda excluida del juego. La niña trabaja con su madre y guarda algo de dinero, y, cuando el balón de su hermano se pincha, ella compra uno nuevo y se lo entrega, siempre que él la deje jugar. La niña juega su primer partido y marca un gol, para regocijo de todos.
La historia no solo es para enseñar a los niños a colorear, sino que también inspira valores importantes, como la igualdad de género, la capacidad de ahorrar dinero y compartir y la unión de recursos.
¡Una historia muy vicenciana!
Girolamo Grammatico,
Oficina de Comunicaciónes
Fuente: https://cmglobal.org/
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