Hace casi 15 años, una ola de inmigrantes, en su mayoría de México, se trasladó hacia el norte, de Texas a través de Oklahoma a Arkansas, donde muchos de ellos se establecieron. El P. Tom Stelik, C.M., y otros sacerdotes que sirven en la Parroquia St. Anne en North Little Rock, reconocieron que la nueva comunidad de inmigrantes estaba desatendida y necesitada de asistencia. Los paúles se pusieron a buscar nuevas e innovadoras formas de servir y ministrar a la población hispana de la región.
«La Iglesia en North Little Rock está prosperando con una energía incansable y por la profunda fe de los misioneros laicos vicencianos. Ellos están inflamados con el amor de Jesús».
El Programa de Misioneros Laicos, establecido por primera vez en Coachella, CA, demostró ser perfecto para las necesidades de la gente de North Little Rock. El programa comienza con una intensa experiencia de retiro que anima a las personas a descubrir el amor radical de Jesús. Una vez que una persona se convierte en un misionero laico vicenciano, se compromete por el resto de su vida a continuar creciendo en su relación con Cristo.
«Los paúles vieron la discriminación que estaba teniendo lugar y las necesidades apremiantes de la gente», dice Guillermo Bruzatori, actualmente el director de Laicos Misioneros. «Querían llamar a estas personas a regresar a la Iglesia, para volver a evangelizar a la comunidad de inmigrantes. El Programa de Misioneros Laicos les ayudó a hacer justamente eso».
En ese momento no fue fácil animar a la gente latina a venir a la Iglesia e inspirarlos a abrazar una vida de fe. La pobreza, las adicciones, la enfermedad y el desempleo afectaron a muchos en la comunidad. El retiro de laicos de la misión y la vibrante vida de las parroquias vicencianas sirvieron como una alternativa a las dificultades y la soledad que muchos inmigrantes experimentaron mientras luchaban por comenzar sus vidas en los Estados Unidos.
«Muchos de los hombres están luchando con el alcohol y las drogas», dijo el padre Toshio Sato, C.M. «A menudo, provocan situaciones difíciles para sus esposas y sus familias. Durante el retiro, estos mismos hombres encuentran la ternura y el amor de Dios en sus propias vidas y se transforman».
El programa ha crecido significativamente desde 2003. Ahora, hay más de 1600 misioneros en 12 parroquias por todo Arkansas. Después del retiro inicial, los misioneros asumen roles de liderazgo activo en sus parroquias, lo que anima a que participen aún más personas.
«Hoy, personas de toda la región vienen para participar en los retiros y compartir la misericordia de Dios», explica Guillermo. «Después de la primera experiencia de retiro, continúan participando activamente en un pequeño grupo de fe cada semana e invitan a otros a hacer lo mismo».
El P. Arial Ramirez, C.M., quien ayuda a dirigir el programa, considera que el Programa de Misioneros Laicos en North Little Rock está profundamente enraizado en el carisma vicenciano. «Acompañamos a las personas a las que servimos de una manera vicenciana distintiva», dice. «Compartimos con ellos la espiritualidad única de san Vicente y practicamos el celo misionero vicenciano en nuestras vidas».
«Nuestro objetivo es evangelizar a las comunidades hispanas a través del encuentro con el amor de Jesús», explica el padre Toshio. «Les invitamos a participar en la vida de la Iglesia y a servir con alegría. La Iglesia en North Little Rock está prosperando con la energía incansable y la profunda fe de los misioneros laicos vicentinos. Ellos están inflamados con el amor de Jesús».
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