Desde el pasado, dos venerables voces de nuestra herencia vicenciana nos hablan sobre la limosna.

Una cita es muy conocida; la otra, más bien poco. La más famosa y familiar para los vicencianos es, en realidad, una reformulación de un cineasta. La que no es bien conocida puede documentarse. ¿Puedes identificar cuál es cuál? No obstante, ambas tienen algo muy poderoso para decirnos sobre la limosna hoy.

Descubrirás que la caridad es una carga pesada de llevar, más pesada que la olla de sopa y la cesta llena. Sin embargo, mantendrás tu gentileza y tu sonrisa. No es suficiente dar sopa y pan. Estoy también lo pueden hacer los ricos. Tú eres sierva de los pobres, siempre sonriente y de buen humor. Ellos son tus amos, maestros muy sensibles y exigentes. Y cuanto más feos y más sucios estén, cuanto más injustos e insultantes, más amor hay que darles. Por tu amor, solo por tu amor los pobres te perdonarán el pan que les das.

La limosna sola, la limosna que no va acompañada de palabras y de amor, es una humillación para el que la recibe. ¿Hace falta recordar que el hombre no vive solo de pan, que el Salvador mismo no pide solo ser vestido y alimentado en la persona de los pobres, sino también visitado y consolado? ¿Tendremos que exponer todo lo que los maestros de la caridad hasta san Vicente de Paúl nos han enseñado sobre el comportamiento delicado que tiene en cuenta la susceptibilidad legítima de los pobres?

Muy bien… ¿qué tal lo hiciste?

¿Reconociste la primera como incorrectamente atribuída a San Vicente de Paúl? ¿Reconociste la segunda como escrita por Federico Ozanam?

En aras de la honestidad, yo era vagamente consciente de que la cita de Vicente provenía del cineasta de la clásica película de 1947, «Monsieur Vincent». Recientemente conocí la cita de Ozanam a través de una publicación de Javier Chento.

Lecciones de la sustancia de estas citas

Ciertamente, los artistas pueden capturar parte de la esencia de una figura histórica. Tal es el caso de la cita anterior. El historiador Michale Wolfe identifica por qué la cita ha resonado tanto entre los seguidores de Vicente.

«La llamada de Vicente a la aristocracia para que se involucraran en la causa de la caridad y abrazasen la humanidad de los pobres, aunque fuese solo adoptada por unos pocos, marcó no obstante una revolución en las actitudes, que aún resuena hoy en día».

La cita de Ozanam nos recuerda la actitud de apreciar la dignidad de aquellos a quienes servimos. Señalemos que el título del artículo de donde fue tomada la cita, escrito hace 170 años, es «Sobre los peligros de la caridad»

La dignidad de la persona humana y el bien común son valores superiores a la comodidad de quienes se niegan a renunciar a sus privilegios.

Donna Hicks expresa esto muy bien:

El pegamento que mantiene unidas todas nuestras relaciones es el reconocimiento mutuo de nuestro deseo de ser vistos, oidos, escuchados y tratados con justicia; ser reconocidos, entendidos y sentirse seguros en el mundo. Cuando nuestra identidad es aceptada y nos sentimos incluidos, se nos concede un sentido de libertad e independencia y una vida llena de esperanza y posibilidades.

Desafíos personales

• ¿Hemos ampliado la voz de Vicente pidiendo que se reconozca la dignidad de aquellos a quienes servimos?
• ¿Podemos reconocer nuestra propia necesidad de ser visto, escuchado, etc. en aquellos a quienes servimos?

Visita VinFormation para un tratamiento más profundo de las palabras de Federico sobre la Limosna