«Me enamoré de la forma en que te duermes; lentamente, y luego de golpe». John Green.
Cuando llegué a DePaul me encontré involucrado con el servicio semanal y los programas de servicio de la Universidad. Estuve en el programa EDGE mi primer año, y desde allí establecí un servicio semanal como parte de mi práctica de fe. Aprendí a usar la reflexión para profundizar mi comprensión del servicio y qué aspectos sistémicos contribuyen a la necesidad de servicios como Refugee One, la cocina popular Vincent DePaul, el cuidado de ancianos, la guardería y los programas después de la escuela para jóvenes. Quizás la experiencia de aprendizaje vincenciano más significativa que tuve fue el año en que viví en la Casa Vicente y Luisa.
La Casa Vicente y Luisa es una experiencia en la que se anima a incorporar los valores vicencianos en todos los aspectos de la vida. Aprendí que cada uno vive su propia fe de una manera diferente. Encontré mi propia manera de tejer la historia de san Vicente en la historia de mi vida. Siempre he sido formado más por personas que por lugares, y encontré que pasar tanto tiempo con personas de diferentes orígenes y experiencias de vida me ayudaba a entender el espíritu vicenciano.
Dentro de nuestra comunidad, teníamos un grupo diverso de intereses y personalidades. Aprendí más sobre cocina, verduras, salud, amor propio, justicia social, fe y familia gracias a mis compañeros. Sería imposible nombrar cada pequeño detalle de mi experiencia en la casa que produjo un cambio en mí, pero todo se sumó a unas cuantas amistades fuertes, una fe más fuerte y mucha inspiración para mi futuro.
Comunidad intencional, Justicia social, Fe, Servicio comunitario, Vida sencilla.
Hasta el día de hoy, yo diría que uno de los mayores puntos de inflexión en mi historia vicenciana fue cuando entré en la parroquia de San Vicente por primera vez, durante una gira de visita a la universidad. No sólo me sorprendió la belleza de la parroquia, sino también el legado de servicio a los pobres que el guía nos describió. Doy crédito a San Vicente por guiarme hacia una vida más plena, donde reconozco la dignidad humana en los que me rodean, y encuentro simplicidad en todo lo que hago.
Valores Vicencianos y mi vida
¿En qué Valores Vicencianos pienso más? ¿Qué partes de mi educación vicenciana destan por encima de todo? He aquí algunas ideas vicencianas importantes que se han grabado en mi corazón.
Cuidado de la Creación. Las enseñanzas sociales católicas están muy subestimadas. Me desafío cada día a pensar en lo que puedo hacer para ser más sostenible, ser un servidor del mundo natural, y conectar a los seres humanos con el ecosistema que habitamos.
Transparencia. Aunque esto puede ser un desafío, es importante ser transparente en sus palabras, acciones y sentimientos. Sólo a través de la transparencia podemos comunicar y reconocer con éxito la dignidad humana en otros.
Servicio. He encontrado que el servicio a largo plazo sobre una base regular puede ayudar a construir conexiones y vida comunitaria que son imposibles de establecer en un corto período de tiempo.
Usar los dones personales para ayudar a otros. Es tan sencillo como eso. No importa a dónde mi carrera me lleve, siempre estaré buscando maneras de vivir mis valores vicencianos en pequeños y grandes caminos. Usaré mis habilidades y talentos para levantar a la gente, especialmente a aquellos que están en desventaja. Confío en que San Vicente me guíe.
De Meet me at the mission (Universidad DePaul)
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