LA JUVENTUD MARCA UNA DIFERENCIA EN LAS NACIONES UNIDAS
Los jóvenes imbuidos del espíritu vicenciano tienen poco tiempo para la retórica vacía. Las necesidades humanas los llaman a impulsar los valores y transformarlos en vibrante acción. Las Hijas de la Caridad en la ONU encuentran esa cualidad admirable en la becaria Joanna Méndez, estudiante de último año en la Universidad de St. John. En el artículo de esta semana, Joanna expresa cómo convirtió la invitación a «dar la bienvenida al forastero», en una respuesta práctica. – Catherine Prendergast, HC
DAR DE CORAZÓN LA BIENVENIDA AL FORASTERO
Por Joanna Mendez, Representante Juvenil de la Familia Vicenciana ante las Naciones Unidas
La Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es un documento internacional que establece los derechos y las libertades fundamentales a las que todos los seres humanos tienen derecho. Declara que los derechos humanos son universales, que deben ser disfrutados por todas las personas, sin importar quiénes sean o dónde vivan. Incluye derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, como el derecho a la vida, la libertad, la libertad de expresión, la seguridad social, la salud y la educación. Aunque no es vinculante, ha tenido una profunda influencia en el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos. Para lograr esto, en la implementación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a finales de 2015, las Naciones Unidas han establecido la retórica de «No dejar a nadie atrás». Hemos comenzado a enfocarnos en las causas profundas de la pobreza y analizar enfoques sistemáticos para eliminar la pobreza y la injusticia en todo el mundo. Sin embargo, una de las mayores críticas a este movimiento es la falta de participación de las naciones industrializadas en la implementación de políticas que lo implementen dentro de sus propias fronteras. En los Estados Unidos de América, por ejemplo, nos enfrentamos a un cambio en la administración que cuestiona los derechos fundamentales de ciertos grupos de personas. La conversación sobre lo que sucederá con la gente indocumentada en América es una que ha proporcionado debates polémicos en toda la nación.
Impactada por la afluencia de jóvenes indocumentados que entraron a los EE.UU. en 2014, decidí adaptar mi investigación de pregrado sobre la capacidad o incapacidad de los estudiantes indocumentados para obtener oportunidades de educación superior en el Estado de Nueva York, como un medio para mejorar sus posibilidades de legalización. Encontré que 65,000 estudiantes indocumentados están actualmente presentes en nuestro sistema público de preparatoria en los Estados Unidos; sin embargo, sólo 6.500 de estos estudiantes continúan en la educación superior. Es a través de esta incapacidad para asegurar más oportunidades de desarrollo que esta población se vuelve más vulnerable y puede entonces perpetuar un ciclo de la pobreza. Mis conclusiones se hicieron eco de esto en que yo era capaz de identificar no ya la alcanzabilidad como el tema central de lograr la educación superior, sino más bien la asequibilidad como el principal obstáculo para lograr esta hazaña.
Una parte de nuestras creencias cristianas nos dicen que hay más que cada uno puede hacer para aliviar las condiciones en las que viven las personas vulnerables. Por eso, me propuse crear un sitio web donde enumeraría todas las oportunidades disponibles para los estudiantes indocumentados en el Estado de Nueva York, incluyendo becas por universidad. Una parte crucial en la creación del sitio web era proteger la identidad del usuario de una manera que fuese confidencial para cada estudiante. Actualmente está activo y se puede acceder en: http://joannamendez95.wixsite.com/higheredforall
Sin embargo, con la situación actual de los indocumentados en Estados Unidos, existe una gran necesidad de que cada uno de nosotros decida qué haremos en respuesta a la retórica anti-inmigrante que estamos experimentando. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad no sólo de proteger a las personas vulnerables sino también de luchar por un futuro que sea sistemáticamente justo para todos. Tengo la esperanza de que nuestros tiempos nos vayan empujando a colaborar más y a perseguir un futuro que sea representativo de todos los estadounidenses.
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