Hace algún tiempo, famvin publicó una historia corta animada para ilustrar el cambio sistémico. En ella, se transforman cintas de correr en escaleras:
La imagen y el texto me atraparon.
«El Cambio Sistémico es transformar estructuras (la rueda en la escalera), colaborar (los demás, corriendo para ayudar), y que los pobres participen en sus propias soluciones (la persona sale de la pobreza por sí misma, con la ayuda y el apoyo de los que sostienen la escalera).»
¿Alguna vez te has sentido como un hámster en una cinta de correr? ¿Corriendo todo el tiempo, pero conseguir llegar a ningún lugar?
Piensa en esa experiencia… y cómo podría ayudarte a entender el Cambio Sistémico. Piensa en los muchos programas de los que somos responsables o en los que participamos. Frecuentemente les etiquetamos como «Cambio Sistémico.» Pero, ¿lo son realmente?
Pensemos en un comedor de beneficencia o algún otro programa similar, que se encargue de las grandes necesidades inmediatas. El ir a un comedor puede ser un poco como subirse a una cinta de correr que no va a ninguna parte. Necesito permanecer en ella para hacer calmar mi hambre, porque no tengo trabajo. Mirando con más profundidad, necesito estar en la cinta, ya que no tengo las habilidades necesarias para acceder al mercado actual. Así que ahí estoy, atascado en una cinta de correr.
Pero, qué pasaría si tomásemos en serio la perspectiva de la larga tradición de Vicente y otros… Dale a una persona un sándwich y lo alimentantarás por un día. Pero si enseñas a esa persona a pescar, lo alimentas de por vida(1). Este es el cambio sistémico en su forma más simple. Como dar una mano en lugar de un sermón.
El cambio sistémico es algo más que necesidades inmediatas(2). Trata de abordar las causas subyacentes y las soluciones a largo plazo.
Volviendo al texto de la historia animada: para salir de la cinta de correr a menudo se requieren las manos firmes de los demás. En última instancia, yo soy el sale de la cinta. Pero necesito la colaboración de las personas que me tienen la mano, las personas que construyen escaleras y me ayudan a subirlas.
Así que, tal vez, la próxima vez que pienses en un programa en el que colaboras, pregúntate si este programa ayuda a las personas a sobrevivir, o si provee a las personas de una mano y una escalera para salir de la pobreza. Por supuesto, necesitamos vendar heridas. Pero también tenemos que pensar en las escaleras – asegurándonos que hay escaleras y personas deseosas de ayudar a los que andan con paso inseguro a subirse a esas escaleras.
Cuando esta historia animada se publicó por primera vez, Ray Pawlicki hizo este comentario:
Ray Pawlicki, 1 de mayo de 2013 a las 8:43 pm:
Irudayam, buen argumento. Mi conferencia está enseñando a las familias a cuidar a las abejas de miel, dándoles cinco colmenas para empezar a trabajar junto con el equipo de apoyo. Los precios de la miel simpre están altos. Aunque no es una solución universal, tal vez otras conferencias puedan pensar en mejores oportunidades de empleo.
Notas:
1. Por supuesto, voy un paso más allá. ¡Esa persona tiene que tener acceso a un lago con peces! ¿Qué bien hace saber cosechar fruta, si nadie contrata para ir a la viña?
2. Siempre necesitaremos programas que cubran las necesidades inmediatas y curen las heridas.
0 comentarios