Nuestras Tradiciones sobre la forma de vivir el carisma son una rica fuente de «vitaminas» vicencianas. Para muchos de nosotros, nuestras reglas o constituciones fueron nuestros primeros alimentos. Parte de nuestro cambio de Cuaresma es volver a las fuentes. Cambiar lo que haces. Cambiar lo que se ve, cambiar lo que se lee. Ayunamos para poder alimentar a las partes más profundas de nuestro ser. Este es el cuarto y último de una serie donde, a lo largo de cuatro semanas, se nos invita a alimentar nuestras almas con nuestras tradiciones vicencianas y eclesiales.
«Conserven la regla y la regla les conservará». Este dicho es cierto en nuestro camino.
Las historias familiares —»leyendas» si se prefiere— enraizan a la familia en su pasado. Como un árbol, no se puede crecer sin raíces fuertes.
Nuestra profundización en la vida vicenciana requiere que volvamos a leer periódicamente nuestros documentos fundadores y rectores, si hemos de entenderlos en relación con nuestra experiencia vital. Nuestras tradiciones, si permanecen vivas, guían nuestro presente y abren nuestro futuro.
Una cuarta posibilidad
Si eres miembro de alguna rama de la Familia Vicenciana, vuelve a leer sus documentos básicos o reglas. He aquí algunos..
- La Sociedad de San Vicente de Paúl tiene un documento espiritual maravilloso en sus estatutos.
- La Regla de la Cofradía de la Caridad tiene una riqueza para explorar;
- Las Reglas Comunes de la Congregación de la Misión es alimento para toda la familia.
Una lectura meditativa de nuestros documentos y los de otras ramas de la Familia Vicenciana es como saborear una buena comida. Alimento para el alma.
Si tienes un enlace a un documento importante de su rama, por favor, publícalo en los comentarios o envíanoslo.
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