Las perspectivas papales sobre la vivencia del Evangelio siempre han dado forma y han desafiado la historia vicenciana. Es parte de nuestro cambio de Cuaresma, metafóricamente «cambiar de marcha» en la Cuaresma. Cambiar lo que haces. Cambiar lo que ves, cambiar lo que lees. Ayunamos para que podamos alimentar nuestras partes más profundas. Este es el tercero de una serie donde, a lo largo de cuatro semanas, se nos invita a alimentar nuestras almas con nuestras tradiciones vicencianas y eclesiales.
Vicente, Luisa, Isabel, Federico y muchos otros eran verdaderos hijos e hijas de la Iglesia.
Nosotros, también, si compartimos el carisma vicenciano, debemos ser hijos e hijas de la Iglesia. Somos niños, adolescentes y adultos —todos nosotros con una diferente relación con nuestra «santa madre», la Iglesia.
Estar en diálogo con nuestra tradición y nuestra Iglesia es otra parte importante de nuestro viaje vicenciano. Comienza esta Cuaresma, si aún no has comenzado. Las perspectivas papales te pueden ayudar.
Una tercera posibilidad
Francisco habla profundamente sobre temas vicencianos. Aprende más sobre lo que realmente dice, en contraste con los titulares.
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- Lee un párrafo al día de programa del Papa para la reforma de la Iglesia – la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
- Lee un párrafo al día de su documento sobre el Año de la Misericordia
Mantente en diálogo con la Iglesia, compartiendo lo que aprendes con los miembros de tu grupo vicenciano y en tu rama vicenciana. La Iglesia alimenta a la Familia Vicenciana. La Familia Vicenciana alimenta a la Iglesia. A todos nos alimenta el Espíritu y el Evangelio.
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