Siempre cercanos a los pobres, los Vicencianos por doquier realizan el trabajo de Vicente con constancia y cuidado. Su conocimiento íntimo de, y sus relaciones con, personas reales que luchan por salir de la pobreza, es lo que les hace Vicencianos. Son mansos —gente accesible que se hacen amigos de los más pobres de los pobres—. Lee un algo de lo que Rich La Plume y Emily Edwards están haciendo en las calles de San Luis.
Laplume y Harpring eran parte de un grupo que recorrían los barrios al sur del centro, incluídos Soulard, LaSalle Park y Benton Park. Se detuvieron para mirar en los alrededores de la escuela cerrada Shepard, cerca de la antigua fábrica de cerveza Lemp, en los muelles de almacén cerca de la orilla del río de la ciudad y en la sala de urgencias del Hospital St. Alexius en South Broadway.
Encontraron a Odell Caldwell, en los exteriores del mercado de Soulard, quien les dijo que había sido un sin techo, de forma intermitente, desde 2012, viviendo a veces en casa de un amigo que vive cerca. Caldwell, de 56 años, dijo que trabaja vigilando la seguridad del mercado.
«Tened cuidado. Es peligroso ahí fuera», dijo Caldwell.
Laplume, director de programa con Depaul USA, conducía por First Street, calle que se extiende a lo largo del río Mississippi.
«Si encontramos a alguien aquí abajo, son los que no quieren ser encontrados», dijo. Hay algunas personas sin hogar que rechazan los servicios, a menudo debido a enfermedades mentales.
«Pueden ser paranoicos, pensando que alguien está persiguiéndoles», dijo Laplume.
Pero todos necesitan ser valorados y ayudados, dijo. Y así, LaPlume comprueba bajo viaductos y en el interior de edificios que muestran letreros de «no pasar», en las esquinas de la ciudad largo tiempo abandonadas.
Lee aquí la historia completa (en inglés) o en este enlace (traducción automática al español).
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