El Presidente de MISEVI Internacional, señor César Alonso Saldaña Moreno, nos invita a toda la Familia Vicenciana, en esta carta, a profundizar en el carisma misionero de los seguidores de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. ¡Qué mejor tiempo que hoy, día del Domund, para renovar, con un nuevo impulso, el espíritu misionero que está en el corazón de nuestro carisma!

Además, el día de hoy, 18 de octubre, es una fecha especialmente significativa para MISEVI: La andadura formal de Misevi se inicia en un cursillo misionero en El Cisne el 18 de octubre de 1997, donde los jóvenes asumen la responsabilidad de dinamizar la asociación para que facilitase la coordinación entre los laicos.

“Juntos en Cristo, nosotros vicencianos hacemos la diferencia.”

Queridos hermanos en Cristo y San Vicente: hoy, durante este tiempo fuerte en el que muchas personas apoyan nuestras misiones con sus oraciones, queremos unirnos para que todos aquellos que no conocen a Jesucristo puedan seguir recibiendo la Buena Noticia.

Es, por esto, tan urgente la misión, en la que todos los miembros de esta Familia Vicenciana y de la Iglesia estamos llamados a participar. Vivimos un momento en el que, los miembros de las diferentes ramas vicencianas, podemos manifestar nuestro carisma uniéndonos a favor de las misiones.

MISEVI es una rama que surgió gracias al testimonio de los misioneros de la Congregación de la Misión y al de los jóvenes que participaron y colaboraron en sus misiones.

Algunos miembros han compartido, en diferentes países, esta experiencia misionera, evangelizadora y de servicio a los más necesitados, como laicos comprometidos, en las misiones ad gentes en Mozambique, Bolivia, Honduras… Otros lo han hecho en sus propias parroquias, provincias, países: con su oración y gestos concretos de solidaridad han ayudado a la iglesia en el campo misionero. Recordemos el mensaje de ánimo del Papa Francisco: “Jovenes, juéguense la vida por los grandes ideales. Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para cosas pequeñas; vayan siempre más allá, hacia las cosas grandes.”

1.1 La Asociación Internacional de Misioneros Seglares Vicentinos (MISEVI) es una Asociación Pública de Fieles, erigida canónicamente por la Sede Apostólica a norma de las leyes universales de la Iglesia, y formada por laicos, hombres y mujeres, bautizados en la Iglesia Católica, que desean compartir el carisma y la espiritualidad de San Vicente de Paúl, Fundador de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, adaptándolos a su propio estilo de vida. En cuanto tal tiene personalidad jurídica, autónoma y plena y es sujeto de derecho y obligaciones. En consecuencia, puede poseer, administrar y disponer de toda clase de bienes y ejercitar las acciones pertinentes en defensa de sus intereses ante toda clase de personas, autoridades y jurisdicciones. (Estatutos internacionales)

El Espíritu Santo ofrece sabiduría y fortaleza a quienes son dóciles a su acción evangelizadora en el mundo. Vicente de Paul recibió la misión y buscó a más misioneros para llegar hasta el último rincón de la tierra, adonde no conocen a Jesucristo, para anunciar con alegría el Evangelio. Nosotros, MISEVI, que hemos tenido la dicha de vivir la experiencia misionera, al regresar llenos de alegría sentimos el deseo de compartir nuestra experiencia y animar a más personas a continuar la misión que San Vicente nos ha confiado.

“Volviéndose hacia los discípulos, les dijo: ‘Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven’.” (Lc 10, 23). Hoy experimentamos un nuevo horizonte para el laico en la Familia Vicenciana. En este año de la colaboración, queremos compartir nuestra alegría de discípulos entusiasmados. Les invitamos a multiplicar el número de misioneros laicos llamados a servir a los humildes, a los sencillos, a los pobres y marginados, a los sin voz, a los que están cansados y oprimidos, a los que Jesús ha llamado bienaventurados.

Hoy nos gustaría ir por el mundo anunciando el Reino en cada país, en cada provincia. Ustedes también pueden ustedes colaborar en la difusión de nuestra Asociación en sus países, animando a otros seglares a unirse a MISEVI, para tener más manos al servicio de quien más lo necesita.

Los discípulos son los que se dejan atrapar, cada día más, por el amor de Jesús, para ser portadores de la alegría del Evangelio.

Como principales responsables del anuncio, tienen la tarea de promover la unidad de la Iglesia en el compromiso misionero, en los lugares más distantes, en donde los pobres nos esperan. En muchas regiones escasean las vocaciones sacerdotales y religiosas. Los laicos podemos compartir el trabajo en comunión, contagiados por la alegría, el testimonio de San Vicente y de los misioneros y misioneras vicencianos.

La alegría del Evangelio nace del encuentro con Cristo y del compartir con los pobres.

Por lo tanto, animo a las comunidades de nuestras provincias vicencianas, a asociaciones y grupos de FAMVIN, a que vivamos una vida fraterna intensa y basada en el amor de Jesús y el espíritu de San Vicente, atentos a las necesidades de los más pobres. Acuérdense de los misioneros laicos vicentinos que han sido llamados a vivir su vocación en el anuncio del Evangelio. Es importante recordar que “cada uno aporte lo que en conciencia se ha propuesto, no a disgusto ni a la fuerza, que Dios ama al que goza dándolo” (2 Co 9, 7).

El discípulo del Señor persevera con alegría cuando está con Él, cuando hace Su voluntad, comparte su fe, su esperanza y la caridad evangélica.

César Alonso Saldaña Moreno, MISEVI
PRESIDENTE INTERNACIONAL
Monterrey
N.L. México, 24 de septiembre 2015

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