Evangelio y Vida para el 27 de mayo de 2022
“La mujer se siente afligida cuando está para dar a luz, pero después que ha nacido la criatura se olvida de las angustias«
Hech 18, 9-18; Sal 46; Jn 16, 20-23.
He tenido la oportunidad de acompañar a alguna mamá en el momento del parto. Recuerdo ese momento doloroso, pero con respeto y emoción guardo en mi corazón el momento indecible en que ella oye el llanto de su bebé recién nacido y su corazón se llena de alegría. En ese momento la expresión de los ojos de la mamá es bellísima, difícil de describir: dulzura, plenitud, alegría…
Así también “ustedes ahora -dice Jesús- sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su corazón se llenará de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo”.
No escuches al desánimo que te dice: “no luches”; ni al fracaso que te dice: “no lo intentes”. Sólo escucha a Dios que te dice: “no te rindas, Yo estoy contigo”.
Es delicioso tener la experiencia de trabajar junto con Jesús. Así como el movimiento se demuestra andando, esta experiencia de trabajar con Jesús se tiene, por ejemplo, en la comunión eucarística, en los momentos que decides salir de ti para ir al encuentro del dolor del otro, cuando te detienes con respeto ante un pobre para ayudarle a rescatar su dignidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
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