Las Hermanas de la Caridad de Nazaret y toda la Familia Vicenciana se unen a la Conferencia de Dirigentes de Mujeres Religiosas (LCWR) en la condena de una tragedia más a manos de la violencia armada. Una masacre en una escuela primaria en Uvalde (Texas) ha segado la vida de muchos niños inocentes, así como la de sus cariñosos y valientes maestros. Llevamos a estos preciosos niños y profesores, a sus familias y a la comunidad de Uvalde en nuestros corazones. Debemos seguir luchando contra la violencia que está consumiendo nuestra nación. Se han perdido demasiadas vidas, demasiadas familias han sido destrozadas y demasiadas comunidades están de luto por estos actos sin sentido.

A continuación, la declaración de la LCWR:

La matanza debe terminar

Nuestros corazones y oraciones están con los padres, abuelos, hermanos, tías y tíos que perdieron a sus preciosos retoños, y con todos los que se han visto afectados por la masacre en la Escuela Primaria Robb.

Desgraciadamente, su sufrimiento se ha vuelto demasiado familiar para los estudiantes, profesores y padres de todo el país. El Washington Post informa que, desde el ataque en la escuela secundaria Columbine en 1999, casi 300.000 estudiantes han estado presentes en algún campus afectado de un tiroteo escolar. En 2020, las lesiones relacionadas con armas de fuego superaron a los accidentes automovilísticos como principal causa de muerte entre niños y adolescentes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

¿Dónde está la indignación? ¿Cuántos niños más estamos dispuestos a sacrificar?

Lloramos con la gente de Uvalde, incluso mientras seguimos afligidos por los que se perdieron a causa de la violencia con armas de fuego en Laguna Park, Buffalo, Parkland, Las Vegas, Sutherland Springs, Orlando, San Bernardino, Charleston, Newtown, Columbine, y en un sinnúmero de otras ciudades y pueblos de esta nación. Lloramos por los asesinatos sin sentido facilitados que la proliferación de armas de fuego y la cultura de la violencia omnipresente en nuestras comunidades han facilitado.

Aunque hay mucho que lamentar, sabemos que el duelo no es suficiente. Las oraciones y las condolencias, por muy importantes que sean, no son suficientes.

Ya es hora de que nuestros funcionarios electos dejen de escuchar al lobby de las armas y presten atención a los gritos del pueblo de esta nación. Ya es hora de que promulguemos una legislación sensata para la prevención de la violencia armada.

La Conferencia de Dirigentes de Mujeres Religiosas hace un llamamiento al Congreso para que adopte inmediatamente una legislación que

• exija la comprobación universal de antecedentes y períodos de espera obligatorios para todas las compras de armas;
• prohíba la propiedad civil de armas y cargadores de alta capacidad; y
• proporcione fondos a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) para realizar investigaciones de salud pública sobre la prevención de la violencia con armas de fuego.

Nos comprometemos a apoyar a todos los que buscan poner fin a la violencia epidémica en nuestra tierra y a seguir el camino de la paz. No dudemos nunca de que la profunda oscuridad de estos días puede ser superada por la luz radiante de nuestras vidas y acciones vividas en el amor.

Fuente: https://nazareth.org/