Evangelio y Vida para el 18 de abril de 2022
“Esperar en ti, Señor, es nuestra fortaleza”.
Hech 2, 14. 22-33; Sal 15; Mt 28, 8-15.
En la Iglesia vivimos un Domingo de Pascua que se extiende por cincuenta días y de manera más sentida esta primera semana, que llamamos Octavade Pascua. Cadadíanos propone uno de los pasajes evangélicos de
Jesús resucitado y los distintos discursos apostólicos que junto al anuncio gozoso señalan la responsabilidad de los dirigentes judíos en la muerte de Jesús, contrastada con la acción del Padre que lo resucitó de entre los muertos.
Gracias a la Palabra somos testigos de la comunicación del Espíritu que da valentía a los apóstoles para proclamar el Kerigma, venciendo el miedo de ser vinculados a Jesús de Nazaret y, por lo tanto, correr su misma suerte.
La experiencia de Jesús resucitado viene después de aceptar y acoger su pasión y muerte. María Magdalena y la otra María fueron al sepulcro una vez pasado el sábado, al despertar el alba. Ahí reciben el anuncio del ángel y, en seguida, van a cumplir la encomienda de trasmitir esa Buena Nueva a los apóstoles, y entonces sucede: Jesús resucitado se les revela: ¡Alégrense! No teman. Él confirma la misión, la completa y precisa: hay que salir, ir a Galilea, donde lo verán.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alicia Margarita Cortés C. HC
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