“Este es el día del triunfo del Señor. ¡Aleluya!“

Hech 10, 34-43; Sal 117; Col 3, 1-4; Jn 20, 1-9.

¡Felices Pascuas! La fe es un don que abre nuestra existencia a la relación con Dios. Si reflexionamos cómo ha sido nuestro camino de fe podríamos hacer nuestra biografía desde la acción de Dios en nosotros: nuestra vida en el Espíritu empieza desde que Dios nos concibió en su misericordia, pasando por el bautismo y de ahí… hasta que tomamos conciencia del don maravilloso de encontrarnos con Jesucristo.

Domingo de Pascua es un día para agradecer ese momento en que nuestro corazón y nuestra vida abrazaron el regalo del perdón de los pecados por la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Desde entonces tratamos de buscar los bienes de Cristo.

¿Cuáles? Los talentos recibidos que ponemos al servicio del pobre, de los migrantes, de los pequeños, de los que no tienen casa, de los que están enfermos, desempleados, tristes.

De esa forma continuamos la dirección trazada por Jesús, pasar haciendo el bien y, con su gracia, anunciar también su palabra para que a muchos llegue la Buena Noticia que es Jesucristo muerto y resucitado

¡Aleluya! ¡Aleluya!

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alicia Margarita Cortés C. HC