Evangelio y Vida para el 13 de junio de 2018
1 Re 18, 20-39; Sal 15; Mt 5, 17-19.
“No vine para abolir la Ley sino para darle plenitud”
Estamos leyendo en el evangelio el llamado “Sermón del Monte” (Mt Caps. 5, 6 y 7). Jesús, desde lo alto de un monte (como Yahvé en el Sinaí) le propone al hombre la nueva Ley que viene a plenificar la antigua, dada a Israel. Sabemos cómo Jesús pone el acento en el rostro paternal y amoroso de Dios y en su “debilidad” por los más pobres, los descartados, los que no tienen voz y no cuentan para el mundo.
De esta manera, la nueva ley es un programa de Jesús que nos llama a unirnos a él y adherirnos a su Evangelio para dignificar la vida de los hombres y luchar contra todo lo que disminuya, oscurezca o limite su vida y su dignidad.
Su proyecto nos convoca a trabajar para que crezcan en el mundo la libertad, la justicia y la paz. A desterrar la violencia y la división, la desigualdad y la discriminación. Su proyecto, el proyecto del Reino de Dios, nos invita a soñar un mundo de hermanos solidarios y fraternos, que cuidan unos de otros, que se respetan y se perdonan porque ven en el hermano, el rostro de Jesús.
Ésta es la nueva ley. Más bien, es la síntesis de toda ley llevada a su plenitud: el amor.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón, cm
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