«¡Sé el cambio que deseas!» es una cita que se usa a menudo relacionada con el muy duro «trabajo interno del Cambio Sistémico». Las palabras a menudo se atribuyen a Gandhi. Pero hay dos problemas con esto. El primero es que, en realidad, Ghandi no la dijo.
Lo que realmente dijo fue:
«Somos el reflejo del mundo. Todas las tendencias actuales en el mundo exterior se encuentran en el mundo de nuestro cuerpo. Si pudiéramos cambiar nosotros mismos, las tendencias en el mundo también cambiarían. Como un hombre cambia su propia naturaleza, también lo hace la actitud del cambio mundial hacia él. Este es el misterio supremo y divino. Es una cosa maravillosa y la fuente de nuestra felicidad. No necesitamos esperar para ver lo que otros hacen» – Mahatma Gandhi
Al leer la cita original, uno podría entender cómo o por qué podríamos parafrasear lo que dijo como «ser el cambio que quieres ver en el mundo», pero hacerlo sólo nos da parte de la historia.
Joseph Ranseth señala:
Ahora bien, este es de hecho un buen consejo, y aunque Ghandi no lo pronunció de la manera en que lo atribuimos a él, creo que apoyaría la idea. Esta noción de ser el cambio que quieres ver en el mundo provoca 3 cosas poderosas cuando lo adoptamos:
- Nos impide juzgar a los demás;
- Sustituye la queja hacia los demás con la reflexión sobre sí mismo;
- Nos mueve a tomar acciones sobre lo único en el mundo sobre el cual tenemos control: nosotros mismos.
Las siguientes ideas de la Revista Stanford social Innovation Review lo llevan más lejos.
Sin embargo, el verdadero cambio viene cuando miramos hacia adentro y hacemos un trabajo de transformación interior, Eexaminándonos abiertamente, honestamente, con seguridad y purgando cualquier semejanza de egoísmo, depravación o inseguridad.
El cambio real comienza reconociendo que somos parte de los sistemas que buscamos cambiar. El miedo y la desconfianza que buscamos remediar también existen dentro de nosotros, al igual que la ira, el dolor, la duda y la frustración. Nuestras acciones no serán realmente eficaces hasta que cambiemos la naturaleza de la conciencia y el pensamiento detrás de las acciones.
Re-dirigir la atención: ver que los problemas «allá afuera» están «aquí» también —y cómo ambos están conectados. Continuar haciendo lo que estamos haciendo actualmente pero hacerlo más intensa o más inteligentemente no es probable que produzca resultados muy diferentes.
Los líderes ineficaces intentan hacer que el cambio suceda. Los líderes del sistema se enfocan en crear las condiciones que puedan producir cambios y que eventualmente puedan hacer que el cambio sea autosostenible.
Cuando aprendemos a escucharnos unos a otros de una manera profunda vemos que un determinado problema no es sólo el problema de una persona, es todo nuestro problema.
El artículo de Stanford es muy rico y puede ser el tema de otra entrada. Por el momento, ofrezco dos preguntas para la reflexión:
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