«Si temes al barro, nunca dejarás huella»

«Si temes al barro, nunca dejarás huella»

Los creyentes están llamados a meterse en el «barro» del sufrimiento humano, entre los pobres y olvidados, porque ahí es donde está Cristo. El barro no es un lugar que hay que evitar, sino un lugar sagrado donde la fe se hace realidad a través del amor y la presencia.

Contemplación: Un destello de esperanza

Contemplación: Un destello de esperanza

Los auténticos actos de compasión suelen tener menos que ver con la ayuda material y más con hacer que el prójimo se sienta visto, amado y acompañado en sus dificultades. Al visitar a los necesitados, ofrecemos más que asistencia: ofrecemos nuestra presencia, nuestra amistad y un recordatorio del amor de Dios que puede levantarles el ánimo mucho después de que nos hayamos ido.

Tolerarse en familia y en comunidad • Una reflexión semanal con Luisa de Marillac

Tolerarse en familia y en comunidad • Una reflexión semanal con Luisa de Marillac

En una carta a una Hermana que no aceptó ser corregida, santa Luisa de Marillac le recuerda que imitar a Cristo implica aceptar la corrección, servir a los demás y dejar a un lado el orgullo personal. La reflexión amplía esta enseñanza hacia una invitación a la tolerancia, imprescindible hoy frente al fanatismo, la exclusión y la intolerancia.

Monseñor Emilio Lissón Chaves, C.M., «El obispo de los pobres»

Monseñor Emilio Lissón Chaves, C.M., «El obispo de los pobres»

Monseñor Emilio Lissón, arzobispo de Lima entre 1918 y 1931, fue un incansable defensor de los derechos de los indígenas y las comunidades marginadas en el Perú, enfrentándose a poderosos intereses políticos y económicos. Su valentía y compromiso pastoral lo llevaron al exilio en España, donde vivió sus últimos años en silencio y oración.