La Navidad sucede y no se detiene
En el contexto de la itinerancia sucede la Navidad, aunque no haya lugar, aunque no estemos preparados… En un mundo convulso y desorientado hay familias desahuciadas, desplazadas, emigrantes, refugiadas en situación vulnerable esperando un lugar, esperando…
«Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba«, se puede leer al comienzo de la carta del Santo Padre para la Jornada Mundial de la Paz 2023. A partir del pesebre, Dios nos habla hoy, y en nuestras circunstancias quiere obrar en cada uno de nosotros el milagro de la conversión, si le permitimos transformar nuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad.
En el corazón de la noche, las atrocidades adoptan diferentes formas; el abuso de poder, la violencia, la soledad, el abandono y tantas otras situaciones que vemos, oímos y leemos en nuestra vida cotidiana, oscurecen gradual o bruscamente nuestra humanidad y humanamente nuestro corazón corre el riesgo de endurecerse.
En el corazón de la noche surge la duda, ante las contradicciones nace la desconfianza, se levantan muros, se alimentan enemistades, crecen las desigualdades y los ataques a la dignidad, se experimenta la angustia y la incertidumbre, se siente la fuerza del miedo, la destrucción y la muerte.
En el corazón de la noche muchos buscan una luz, un sentido, un camino… En el corazón de la noche muchos saben leer las señales, y se convierten en peregrinos desde un lugar inesperado, para glorificar y adorar al niño Dios tan esperado.
En el corazón de la noche, en un lugar inverosímil que acogió humildemente a María, José y Jesús, nació una vida que se convirtió en vida en abundancia, que abarca la eternidad. En aquel lugar hecho santuario por los pastores que escucharon a los ángeles, y los Magos, que supieron leer los signos, siguieron la estrella, reconocieron la sacralidad de aquella familia y coprotagonizaron la Navidad. El pesebre, momento de Luz, don de Dios a la humanidad, revelación de universalidad.
En el contexto de la itinerancia sucede la Navidad, aunque no haya lugar, aunque no estemos preparados… En un mundo convulso y desorientado hay familias desahuciadas, desplazadas, emigrantes, refugiadas en situación vulnerable esperando un lugar, esperando…
También hoy el Emmanuel —Dios con nosotros— se revela en el encuentro con los emigrantes y refugiados, se revela en toda situación de fragilidad. Se revela a los pastores y a los Magos. Hay ángeles que anuncian la dignidad de cada persona, hay pastores que escuchan y Magos que reconocen el carácter sagrado de cada vida y, como peregrinos en camino al encuentro del Príncipe de la Paz, iluminan y realizan gestos concretos que construyen un lugar mejor, ya sea en los países de origen, de tránsito o de destino.
Un lugar mejor de paz y justicia, soñado por tantos y liderado por unos pocos, pasa necesariamente por la implicación y la cooperación, la interdependencia equitativa de los países, el respeto de las libertades y los derechos de ciudadanía de todo el género humano, de todas las edades y de todas las regiones del planeta.
En un contexto de itinerancia, hoy estamos llamados a ser peregrinos del Dios niño, de la Sagrada Familia, como los pastores y los Magos, para actualizar el pesebre con renovado compromiso.
La Navidad sucede y no se detiene, Jesús crece y nos hace crecer en el cuidado de los pequeños, de los frágiles y vulnerables de nuestra sociedad, de nuestra casa común, y en dejarnos cuidar. Es en las relaciones donde la Navidad se convierte en encuentro, en contemplación y escucha, ¡el amor en acción se hace Santo!
En este aprender a «Construir juntos un Nosotros más grande», una sola familia humana, capaz de servir, de ser puente, de dar testimonio de fraternidad, contemplamos el Nacimiento, que anuncia la paz, nos inspira a vivir en paz y nos invita a la conversión del corazón y de las actitudes, para que seamos instrumentos y constructores de paz en la familia, en la comunidad, en el país y en el mundo.
Eugénia Quaresma,
Obra Católica Portuguesa de Migraciones
Fuente: https://www.padresvicentinos.net/
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