Sor Françoise Petit y el P. Tomaž Mavrič acompañan a Juventud Mariana Vicenciana en Santiago
Los días del encuentro de Juventud Mariana Vicenciana (JMV) en Santiago, » Su Amor no se detiene. Ponte en camino», han sido intensos y ricos en experiencias, por la oportunidad de compartir, convivir presencialmente después de tanto tiempo… orar, celebrar, disfrutar juntos, reir, cantar, bailar…
Encuentro de Juventud Mariana Vicenciana en Santiago de Compostela
Los días 1 y 2 han sido propicios según el programa previsto para CAMINAR toda la mañana, a pleno sol, por cierto… hasta el MONTE DEL GOZO, haciendo unas dinámicas de reflexión durante el camino hecho a solas, y en las paradas compartiendo con otros lo que en el camino se iba fraguando en cada uno. La 3ª etapa del camino era penitencial… de reconciliación. Fue una buena experiencia, que acabó arriba del monte, que se paró para comer. Tras la comida el compartir cantos y alegría:
Recuperadas las fuerzas, y tras algunas fotos donde están las gigantescas esculturas de dos peregrinos, se continua el camino, a pleno sol, un sol abrasador… tramo al que se une la Madre General y su fiel traductora (Sor Ana Belén), Sor Concepción Visitadora de E. Norte, y dos consejeras, compartiendo camino con los jóvenes.
Alrededor de 2 horas caminando llegamos a una Colegiata donde celebramos la Eucaristía con el Padre General y los Misioneros Paúles jóvenes de toda Europa, que están reunidos en otra población de Galicia y hoy están en Santiago. Eucaristía de Familia Vicenciana.
El día 2 de agosto, mañana de retiro para los jóvenes, que las Hermanas que compañan a Sor Françoise aprovechan para ir a la Catedral a la misa del Peregrino, y tras la cual un sacerdote, canónigo de la catedral conocido por las Hijas de la Caridad, nos explica la Catedral y el pórtico tan precioso en cuya columna central está Santiago Apóstol y en la parte superior Cristo y la Gloria.
Después de comer y un poco de descanso, el Padre General dirigió a los jóvenes unas palabras. SOÑAD en GRANDE como Jesús, María y los Fundadores. Seguid con JMV viviendo comprometidos y siendo evangelizadores de otros jóvenes. Este movimiento tiene el privilegio y la responsabilidad de ser un deseo de María expresado a Santa Catalina. Y es una responsabilidad llevarlo adelante para bien vuestro y el de muchos jóvenes en el futuro.
Los jóvenes tuvieron la oportunidad de preguntar al P. General alguna cosa. Entre otras, le preguntaron por su vocación y cómo surgió su llamada a ser Misionero Paúl. Lo mismo habían preguntado a la Madre General el otro día. ¿Cómo surgió su vocación para ser HC y también cómo se había sentido a ser elegida M. General. Preguntas que ambos contestaron de modo natural y sencillamente.
El día 2, el culmen fue la Eucaristía. Fue de lo más participada y «festiva», en la que el P. Javier hizo una recopilación de todo lo vivido en estos días, y animó a seguir amando a Dios y dejándose amar por ÉL, y que ese amor llegue a los que les rodean, y a los otros compañeros que no han podido llegar, a los familiares, y a todas las personas que nos encontramos cuando hacemos un «servicio».
Para el final, en el ENVÍO, un último símbolo para que nos acompañe en el CAMINO DE LA VIDA: un CORAZÓN y una MEDALLA, que fueron repartidos -muy acertadamente- por la Superiora General y a la Visitadora de España Norte (provincia que nos ha acogido en su casa a todos). Otro detalle entrañable y emocionate para todos.
Damos gracias a DIOS y a los FUNDADORES por este carisma vicenciano que nos han «regalado» y a la vez han puesto en nuestras manos para que aportemos al mundo: fe, amor hecho servicio, sensibilidad ante los hermanos más empobrecidos, cuidado ante la naturaleza que contemplamos y hemos de preservar, y ante la vida que hemos de dignificar e impulsar siempre.
Finalmente el Equipo de JMV, y en su nombre uno de ellos aprovechó que estaban los Superiores para agradecer de una manera especial haber gozado de la presencia de 2 “pedazo de persones geniales” como el Superior y la Superiora General, sucesores de San Vicente y Santa Luisa, que para ellos ha sido muy importante que hayan participado estos días.
Y AGRADECER que las Hijas de la Caridad y los Paúles les acompañan en el camino.
A su vez PIDIERON que no les dejaran, que les acompañaran, puesto que se necesitan mutuamente:
- Los jóvenes a las Hijas de la Caridad y a los Paúles, por su experiencia, su fe, y su entrega en el Servicio, y su acompañamiento…
- Las Hijas de la Caridad y los Paúles a los jóvenes por su ilusión, su creatividad y energía, y su necesidad de acompañamiento en la fe y en la vida.
- Es decir: CAMINEMOS TODOS JUNTOS
El final de la Eucaristía, se puede apreciar en el vídeo con los pañuelos alzados al ritmo de la música, gesto que Sor Françoise también compartió con los jóvenes, haciéndose eco de todo lo que ha visto, oído y sentido estos días junto a ellos y ellas.
Sor Françoise nos ha repetido muchas veces: No saben la suerte que tienen de contar con JMV en España, tan vivo… y cómo se aprecia el trabajo que han hecho y siguen haciendo con la juventud. Aceptar a los jóvenes como son, entendiendo sus lenguajes y su modo diferente de conectar con la vida y el mundo. Abrirse, renovando la mente y el espíritu… Ephata!
Fuente: https://www.hijascaridadee.org/
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