Evangelio y Vida para el 20 de mayo de 2022
“Ustedes son mis amigos”
Hech 15, 22-31; Sal 56; Jn 15, 12-17.
Leí en un periódico, el año pasado, que a causa de la situación social mundial y local tan difícil, había mucha gente en depresión. Hoy también podríamos leer lo mismo, pero afortunadamente tenemos una gran luz de esperanza que nos llena de alegría: Dios nos dice, me dice: “tú eres mi amigo, mi amiga”.
La serenidad, la paz profunda nace de sabernos amados, envueltos, cobijados por un amor real, verdadero, sin condiciones, que ensancha el corazón, lo equilibra y le da la capacidad de salir al encuentro del otro, del más cercano, del más necesitado. Es el mejor antídoto para la depresión y el más fuerte impulso para salir hacia el otro.
San Vicente de Paúl, el gran místico de la acción, nos dice: «El amor afectivo es la ternura en el amor.
Tienen que amar a nuestro Señor con ternura y con afecto… Un corazón que ama a nuestro Señor no puede sufrir su ausencia y tiene que unirse con él por ese amor afectivo, que produce a su vez el amor efectivo. Porque no basta con el primero, hay que tener los dos. Hay que pasar del afectivo al efectivo, que consiste en el ejercicio de obras de caridad, en el servicio a los pobres emprendido con alegría, entusiasmo, constancia y amor.” (Conf. a las Hijas de la Caridad 972-973).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
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