La actuación vicentina en el interior de São Paulo confirma la importancia del trabajo de la SSVP en favor de los más desfavorecidos
El comedor social «Imaculado Corazón de María» es una obra a cargo del Consejo Central de la Sociedad de San Vicente Paul de Cruzeiro. La iniciativa comenzó en 1999, en el municipio de Cruzeiro, interior de São Paulo, con el objetivo de servir a los más necesitados a través de las prácticas de la caridad cristiana, acogiendo y proporcionando alimentos a los más necesitados. Sin embargo, debido al escenario de la pandemia, el proyecto se interrumpió y los beneficiarios de la acción se quedaron sin amparo.
«Cuando en 2021 se instituyó la nueva Junta Directiva del Consejo Central, se enteró de que el comedor social estaba desactivado debido a la situación de pandemia de Covid-19», explica Claudia de Oliveira Paula Varlesse, presidenta del Consejo Central de Cruzeiro. Según ella, era necesario un reajuste en el formato de trabajo, obedeciendo todos los protocolos de seguridad.
Uno de los cambios fue la ruta itinerante, que define una ruta en la que hay concentración de personas en la calle y bolsas de extrema pobreza. «El proyecto va a lugares como las líneas de tren de Cruzeiro, plazas, edificios con viviendas ocupadas, estaciones de autobuses, alfarerías, antiguas ferrerías y cooperativas de reciclaje. Lugares donde se nota una reducción de los recolectores de reciclaje», señala la consocia.
Actualmente la obra proporciona 50 marmitex de comida sólida a la hora del almuerzo. «Son 250 marmitas semanales, con unas 1000 comidas servidas al mes. Pero queremos ampliar la cantidad de marmitas y también el servicio, proporcionando iniciativas de generación de ingresos, garantizando el derecho y la resocialización de las personas asistidas», explica la consocia Claudia.
«El comedor social recibe donaciones de verduras de un supermercado local, donaciones de particulares y empresas, donaciones de carnicerías, empresas locales y realiza campañas de recaudación de fondos, como la venta de almuerzos especiales y de carne», dice la consocia. Y para que el proyecto funcione, el comedor social cuenta con la ayuda de voluntarios y vicentinos, que están disponibles para atender a una población necesitada.
La consocia resalta que es de suma importancia contar con el apoyo de los vicentinos, que pueden ayudar en este proyecto llevando esperanza a los menos afortunados, y que, para los miembros de la SSVP, son su Maestros y Señores. «La experiencia está siendo nueva y muy gratificante, vemos en las calles de las personas que no tenían acceso a lo básico, como las comida diaria, y los perfiles de los usuarios que también no asistieron a la institución en el formato antiguo, recolectores de reciclaje, familias enteras, ancianos, ver la gratitud en la mirada y ser capaz de ver a Jesús en cada hermano no tiene obstáculos que pueden desmotivar el trabajo en este momento, pedimos la protección de María a todos los involucrados en el trabajo y la salud de cada hermano voluntario, vicentinos y asistidos», dice la consocia Claudia.
Fuente: http://ssvpbrasil.org.br/
0 comentarios