Novena vocacional vicentina en honor a San José. Día 9
DÍA 9: Padre con coraje creativo
Motivación Inicial: ¿Queréis encontrar a Dios? Está con los sencillos. ¡Oh Salvador mío! Hermanos míos, los que sintáis ese deseo de ser sencillos, ¡qué felicidad! Animo, ya que tenéis esta promesa de que Dios se complace en estar con los hombres sencillos (SV XI, 461).
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canto a elegir.
Oración inicial
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.
¡Amén!
Meditando la Palabra de Dios: Mt 2,13-14.
Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto.
Momento de reflexión y silencio.
Preguntas para compartir:
- ¿Soy valiente ante las dificultades de la vida vocacional o abandono los planes de Dios a la primera oportunidad que surge?
- ¿Hago un uso creativo del valor que Dios me ha dado para cautivar al prójimo y, sobre todo, para servir a los más pobres?
Preces
Palabra de San Vicente:
Además, como el amor es infinitamente inventivo, tras haber subido al patíbulo infame de la cruz para conquistar las almas y los corazones de aquellos de quienes desea ser amado, por no hablar de otras innumerables estratagemas que utilizó para este efecto durante su estancia entre nosotros, previendo que su ausencia podía ocasionar algún olvido o enfriamiento en nuestros corazones, quiso salir al paso de este inconveniente instituyendo el augusto sacramento donde él se encuentra real y substancialmente como está en el cielo (SV XI, 65).
Palabra del Papa Francisco:
Si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la propia historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso para lo que no hemos elegido en nuestra vida, necesitamos añadir otra característica importante: la valentía creativa. Esta surge especialmente cuando encontramos dificultades. Al final de cada relato en el que José es el protagonista, el Evangelio señala que él se levantó, tomó al Niño y a su madre e hizo lo que Dios le había mandado (cf. Mt 1,24; 2,14.21). [Él] siempre velará por ella y por el Niño. En este sentido, san José no puede dejar de ser el Custodio de la Iglesia, porque la Iglesia es la extensión del Cuerpo de Cristo en la historia.
Oración final
Oh Glorioso San José, hombre justo, fiel y bueno. Eres reflejo de la paternidad de Dios y patrono de las vocaciones vicencianas. Por ti ponemos nuestra esperanza y confianza en Jesús.
San José, a quien Dios encomendó el cuidado de la Familia de Nazaret, sea el padre y protector de nuestra Familia Vicenciana e inspíranos con la gracia de vivir siempre en fidelidad y amor, sobre todo el compromiso por el derecho y la justicia hacia el los más pobres.Toma nuestros jóvenes vocacionados, nuestras comunidades, provincias y trabajos bajo tu protección.
Oh Dios, por intercesión de San José, “envía buenos operarios a tu Iglesia, para trabajar en tu viña, que sean buenos de verdad, aunque sean en menos número (SVP)”. Amén.
San José, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
Autor: Ramon Aurélio Júnior da Cunha (Província Brasileira da Congregação da Missão)
Traducción: Cleber Fábio Oliveira Teodósio
Fuente: Servicio de Animación Vocacional Vicentino – Brasil
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Felicidades y gracias.