¿Qué podemos hacer respecto a la falta de vivienda?
Me gustaría concluir con los aspectos más destacados de la sección final de una reciente publicación de mi cohermano y antiguo Superior General, «Acogiendo al forastero San Vicente de Paúl y a los sin techo» de Robert Maloney. Se titula: «Combinando el cambio sistémico y una ‘cultura del encuentro’ para servir a los desamparados».
La orientación del papa Francisco
En los últimos años, el papa Francisco ha destacado tres temas que tienen una enorme relevancia para la Familia Vicenciana.
Primero, ha declarado repetidamente, como lo hizo san Vicente, que los pobres son un regalo para nosotros y que necesitamos dejar que nos evangelicen.
En segundo lugar, el papa Francisco ha subrayado a menudo la necesidad de un cambio estructural o sistémico.
En tercer lugar, el papa Francisco ha instado a la sociedad contemporánea a crear una «cultura del encuentro» y una «cultura del diálogo», en la que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los demás. La hospitalidad, dice, crece tanto en el dar como en el recibir. Advierte contra la «globalización de la indiferencia».
¿Qué podemos hacer?
El P. Maloney concluye con algunas sugerencias prácticas sobre cómo podríamos trabajar juntos para el cambio sistémico y, al mismo tiempo, crear una «cultura de encuentro» en nuestro trabajo con los sin techo.
Escuchar a los sin techo
Escuchar es esencial para lograr un cambio sistémico. Los dos primeros principios que la Comisión para la Promoción del Cambio Sistémico enseña son:
Escuchar atentamente y tratar de comprender las necesidades y aspiraciones de los pobres, creando una atmósfera de respeto y confianza mutua, y fomentando la autoestima de las personas.
Involucrar a los propios pobres, incluidos los jóvenes y las mujeres, en todas las etapas: identificación de las necesidades, planificación, ejecución, evaluación y revisión.
En su maravilloso libro sobre la comunidad, Dietrich Bonhoeffer escribió: «El primer servicio que se debe a los demás en la comunidad consiste en escucharlos».
Ver y servir a Cristo en los sin techo
Siguiendo el ejemplo de Jesús en el capítulo 25 del evangelio de Mateo, Vicente instó continuamente a sus seguidores a ver el rostro de Cristo en el rostro de los necesitados. Recientemente, John Rybolt nos ha recordado el «mantel blanco», un detalle encantador que acentúa la dignidad. En la regla que Vicente escribió en 1617 para la primera Cofradía de la Caridad en Châtillon, les instruyó cómo entrar en una habitación para personas y literalmente extender un mantel. Vea más abajo sus palabras exactas…
Ofrecer amistad
La amistad está en el corazón de la relación de Jesús con sus seguidores. Él les dice: «Ya no los llamo siervos. Os llamo amigos». La relación de amistad se caracteriza por la calidez, la conversación, el compartir, el servicio, el sacrificio y el perdón.
Vicente nos llama a tratar a los que servimos, no como «los pobres», sino como personas. Al final, todo buen cuidado es relacional. Ofrecemos a la gente no sólo alojamiento, sino también hospitalidad. Los visitamos en sus casas. Les tendemos la mano en amistad.
Proporcionar un servicio holístico
La falta de hogar afecta a toda la persona: física, psicológica, emocional y relacionalmente. Todos hemos experimentado lo profundas que son las heridas de los marginados. Muchas personas sin hogar sufren el estigma del prejuicio dentro de su propio país o en tierra extranjera. Muchos se encuentran aislados y solitarios. Algunos luchan con problemas psicológicos, de drogas o de alcohol. Algunos no hablan bien el idioma local. Muchos tienen problemas legales o médicos. Muchos sufren de depresión y han perdido la alegría de vivir.
El servicio holístico es fundamental para el cambio sistémico. Todo está conectado a todo lo demás. Cuando un elemento individual de un sistema se rompe, todo lo demás se ve afectado.
Servir como defensores
Un enfoque sistémico nos llama a ponernos del lado de los sin techo, como sus defensores: defensores que se esfuerzan por eliminar los prejuicios, defensores que se esfuerzan por ganar el apoyo de los gobiernos y las fundaciones, defensores que se esfuerzan por reunirlos con sus familias y con las comunidades que pueden haberlos aislado. En este punto, permítanme simplemente señalar que muchas de las estrategias formuladas por la Comisión de la Familia Vicenciana para la Promoción del Cambio Sistémico coinciden con las mejores prácticas formuladas por las organizaciones que tienen éxito en la defensa de los sin techo.
Añado esta conmovedora descripción de cómo Vicente concibió el servicio a los pobres:
Luego, después de preparar la cena, les llevarán, a las nueve, sopa y carne en una olla, pan en un paño blanco y vino en una botella. Harán lo mismo para la cena, alrededor de las cuatro de la tarde. Cuando entren en la habitación del paciente, lo saludarán amistosamente; luego, acercándose a la cama con una expresión alegre, lo animarán a comer, levantando la cabecera de la cama, arreglando la cubierta, colocando la bandejita, el mantel blanco, el plato y la cuchara, enjuagando el vaso, echando un poco de sopa en el pan, poniendo la carne en un plato pequeño, dando gracias con él y dándole la sopa. Cortarán la carne y le ayudarán a comerla, mientras que dirán alguna pequeña palabra alegre y consoladora para animarle. También le servirán algo de beber, invitándolo una vez más a comer. Por último, cuando termine de comer y se hayan lavado los platos, se haya doblado el mantel y se haya quitado la bandeja, darán las gracias al paciente y lo dejarán enseguida para ir a servir a otra persona.
Un breve video (en inglés) sobre este tema:
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