Novena a la Virgen Milagrosa (día 5)

Javier F. Chento
23 noviembre, 2015

Novena a la Virgen Milagrosa (día 5)

por | Nov 23, 2015 | Asociación de la Medalla Milagrosa | 0 Comentarios

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NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO
(Familia Carmelitana)

MONICIÓN DE ENTRADA

En este día de la Novena fijamos nuestra atención en la Virgen del Carmen, tan rica en matices, intercesora y marinera, cuyo escapulario es el signo más sencillo de la devoción popular. Y también nos dejaremos llenar por el carisma de la Familia Carmelitana, que acaba de finalizar la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Ávila.

El Papa Francisco invita a que la vida de las personas consagradas sea la que hable: “Es vuestra vida la que debe hablar, una vida en la que se transparenta la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo”. La vida carmelitana rezuma esa alegría y belleza.

El canto nos convoca a la fiesta, al banquete de Pan y Palabra, de comunión y de compromiso.

ORACIÓN COLECTA

Te suplicamos, Señor,
que nos asista con su intercesión poderosa
la Santísima Virgen María, Madre y Reina del Carmelo,
para que, guiados por su ejemplo y protección,
lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del Libro de Ester (7,4-6)

El rey fue con Amán al banquete preparado por Ester y, en el momento de brindar, le dijo: «¿Qué es lo que pides, Ester? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué es lo que quieres? Aunque sea la mitad de mi reino, lo tendrás».

Ester respondió: «¿Sabes cuál es mi petición y mi deseo? Si el rey me ha concedido su favor, y si a él le parece bien acceder a mi pedido y complacer mi deseo, que venga con Amán al banquete que les voy a preparar, y mañana responderé a la pregunta del rey».

La reina Ester tomó la palabra y dijo: «Rey, si estás dispuesto a hacerme un favor y si esto es lo que te agrada, mi petición es que me concedas la vida y mi deseo es que perdones la vida a mi pueblo. Porque yo y mi pueblo hemos sido entregados al exterminio, a la muerte y a la destrucción. Si hubiéramos sido vendidos como esclavos y esclavas, me habría Callado, ya que esa desgracia no habría perjudicado al rey».

El rey Asuero tomó la palabra y dijo a la reina Ester: «¿Quién es y dónde está el que ha concebido semejante cosa?»

Ester respondió: «¡El enemigo y adversario es ese miserable de Amán!».

Amán quedó aterrorizado ante el rey y la reina.

Palabra de Dios

Salmo responsorial (14, 1.2-3.4)

R/. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo? R/.

El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R/:

El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.

Aleluya

¡Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre!

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12, 46-50)

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de ha­blar con él. Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren ha­blar contigo.»

Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»

Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»

Palabra del Señor.

SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA

  1. La vocación de los carmelitas

Los Superiores Mayores Carmelitas escriben a sus hermanos: “Para nosotros que por gracia de Dios hemos sido llamados al Carmelo, inspirados por la Regla de San Alberto y por el ejemplo de tantos santos que a lo largo de los siglos se han empeñado en vivir este ideal, llamados de modo especial en este año jubilar a caminar tras los pasos de Teresa de Jesús, sentirnos «hijos de la Iglesia», «vivir las grandes necesidades de la Iglesia» (Cuentas de conciencia 3,7), «orar por el aumento de la Iglesia» (Fundaciones 1,6) y estar en el «corazón de la Iglesia, mi Madre» (Ms B 3v), no es una fatiga inútil, sino un don.”

Y escriben también comentando las palabras del Papa Francisco: “«Es nuestra vida [consagrada] la que debe hablar, una vida en la que se trasparenta la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo» (II, n.1). Si por hipótesis preguntáramos a Teresa de Jesús que tradujese con sus palabras cuanto ha expresado el Papa, nos respondería que ella sólo vivía para «engolosinar las almas» (Vida 18,8), es decir, para engolosinar, para atraer, para fascinar a los demás y conducirlos a Dios.”

  1. Espiritualidad teresiana
  • Acabamos de finalizar el V Centenario de Santa Teresa de Ávila. Una mujer que vive, habla y escribe desde la experiencia de Dios.
  • Dentro de esa experiencia, Teresa como sus Carmelitas Descalzas viven la experiencia de la reina Ester en su papel de intercesora.
  • A más contemplación, experiencia de Dios, más intercesores por los demás.
  • Teresa gran seguidora de María vive también esa intercesión como lo hizo María.
  1. Devoción mariana
  • Desde el Evangelio vemos a María como la que escucha la Palabra de Dios y la practica, la que forma parte de la familia de Jesús porque cumple la voluntad de Dios.
  • Para Teresa el Evangelio es el libro sobre todos los libros
  • Desde el Monte Carmelo donde nació el amor a María bajo la advocación del Carmen sus seguidores siempre han intentado practicar esa Palabra de Dios.

Según la tradición carmelita, el 16 de julio de1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le habría aparecido a San Simón Stock, superior general de la Orden, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según esa tradición devota, la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Esta veneración recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldada por los Pontífices posteriores, en especial lo referente al escapulario.

  1. Para nuestra vida

Que nuestra devoción a María nos lleve a ser intercesores como ella y seguidores de la Palabra. Que “María, la estrella del mar, guíe nuestros pasos y no dé la fuerza y la valentía para vivir nuestra consagración con fidelidad, creatividad y generosidad.”

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Invoquemos a Dios nuestro Padre en este día de la Novena, recordando a la Virgen del Carmen, para que por su intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.

¡Oh María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros, rogad por nosotros,
que recurrimos a Vos!

Monitor/a:

  1. Por la santa Iglesia de Dios, que en María contempla a su Madre y su modelo, para que aprenda a escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad. Roguemos al Señor.
  2. Por todos aquellos que invocan a María como Madre e Intercesora, como nueva Ester, para que encuentren en ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana, Roguemos al Señor.
  3. Por las personas que llevan la Medalla Milagrosa y el Escapulario del Carmen, signos de consagración y de esperanza, para que aprendan a imitar las virtudes de la Virgen y reflejen en sus obras una vida de acuerdo con el Evangelio. Roguemos al Señor.
  4. Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad. Roguemos al Señor.
  5. Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo. Roguemos al Señor.
  6. Por esta asamblea nuestra, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios. Roguemos al Señor.

¡Oh María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros, rogad por nosotros,
que recurrimos a Vos!

Sacerdote: Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia, y por la intercesión de la Santísima Virgen del Carmen, concédenos cuanto te hemos pedido. Por JNS.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN EN LA PRESENTACIÓN DE DONES

Te ofrecemos, Señor, estos dones sagrados al celebrar la protección de la Virgen del Carmen sobre tu Pueblo santo; que ellos nos hagan crecer, imitando su amor, en tu santo servicio, y nos unan íntimamente al misterio redentor. Por JNS.

PREFACIO

  1. El Señor esté con vosotros
  2. Y con tu espíritu.
  3. Levantemos el corazón.
  4. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
  5. Demos gracias al Señor nuestro Dios.
  6. Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la solemnidad de la Bienaventurada
y siempre Virgen María.
Unida íntimamente al misterio de Cristo
no cesa de ser Madre de nuevos hijos en la Iglesia
y con su ejemplo los guía
a seguir el camino de la caridad perfecta.
Ella, con su afecto maternal
y el encanto de sus virtudes,
ha suscitado en la Iglesia a la Orden del Carmelo
y le ha dado en el Escapulario un signo de su protección.
Ella es el modelo de la vida consagrada
al servicio de Cristo,
en la contemplación de la Palabra
y en la entrega generosa a los hermanos.
Por este don inmenso de tu amor te damos gracias
y proclamamos tus grandezas cantando con los ángeles.

SANTO, SANTO, SANTO…

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor,
nos fortalezca el don inefable de tu amor,
que hemos recibido en el sacramento del Cuerpo
y Sangre de Cristo, tu Hijo,
y haga de cuantos hemos consagrado nuestra vida
al servicio de la Virgen María fieles imitadores de sus virtudes. Por JCNS

BENDICIÓN FINAL

V/. Dios, Padre de bondad,
llene de gozo vuestras vidas
al celebrar la memoria
de la Santísima Virgen María del Monte Carmelo.
R/. Amén.

V/. Que Él conceda a quienes llevan
el Santo Escapulario del Carmen
la gracia de meditar y proclamar la Palabra
a imitación de la Virgen María.
R/. Amén.

V/. Que Él os haga sentir
la protección materna de la Virgen María,
en la hora de la muerte para que,
purificados del pecado,
gocéis eternamente de su compañía.
R/. Amén.

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros
y os acompañe siempre.
R/. Amén.

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