Novena a la Virgen Milagrosa (día 1)
EL CORAZÓN DE MARÍA
(Familia Claretiana)
MONICIÓN DE ENTRADA
Convocados por el Papa Francisco estamos celebrando el Año de la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Y esta Novena a la Virgen Milagrosa quiere unirse a esa celebración. Daremos voz a las personas y a los carismas de distintas Congregaciones para que compartan su experiencia y su devoción a la Virgen María con nosotros.
Hoy celebramos a la Virgen del Inmaculado Corazón de María y compartimos el carisma de los Padres Misioneros Claretianos, cuyo lema congregacional es: “Se levantaron sus hijos y la proclamaron bienaventurada”. No es mal comienzo de la Novena, hacerlo con el corazón de la Madre.
Con alegría celebramos ahora nuestro amor a la Virgen en torno a la Mesa de Pan y Palabra que el Señor nos sirve.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que hiciste del inmaculado Corazón de María
una mansión para tu Hijo y un santuario del Espíritu Santo,
danos un corazón limpio y dócil,
para que, sumisos siempre a tus mandatos,
te amemos sobre todas las cosas
y ayudemos a los hermanos en sus necesidades. Por NSJC
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de Isaías (61, 1-2a. 10-11)
Su estirpe será célebre entre las naciones,
y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán
que son la estirpe que bendijo el Señor.
Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios
Salmo responsorial (Lc 1, 46-48a. 48b-49. 50-51. 52-53. 54-55)
R/. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava. R/.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R/.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R/.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R/.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/.
Aleluya
Dichosa tú, María,
que acogiste la Palabra en tu seno
y la guardabas en tu corazón.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11, 27-28)
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
Pero él repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!
Palabra del Señor.
SUGERENCIAS PARA LA HOMILÍA
- Dichosa me llamarán todas las generaciones. Diversidad de advocaciones, formas de devoción, congregaciones religiosas.
Dichosa me llamarán todas las generaciones. Esa voz profética del canto de María que llamamos el Magníficat, se ha ido cumpliendo a lo largo de los tiempos. Libros, cofradías, estatuas, ermitas y grandes iglesias y catedrales están cantando la felicidad de María, la Madre de nuestro Señor, Jesús, la discípula atenta, la seguidora fiel hasta la Cruz y la Resurrección, Pentecostés, la Madre de la Iglesia. Podemos llenar las horas diciendo alabanzas y nombres suyos. Muchas son las congregaciones masculinas y femeninas bajo su advocación. Todos a una hacemos realidad su profecía: llamarla feliz, dichosa, bienaventurada. Entre ellas la de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María o también llamados, por su fundador, Misioneros Claretianos.
- María es mi Madre y Formadora en la Fragua de su Corazón: San Antonio María Claret. En manos de María.
San Antonio María Claret es su fundador. Es uno de los devotos más fervientes del siglo XIX. ¿Quién es María para Claret? Escribe él en el primer capítulo de su Autobiografía: «María Santísima es mi madre, mi madrina, mi maestra, mi directora y mi todo después de Jesús» (AUT 5). No exageramos al decir que toda su vida y toda su obra apostólica demuestran la veracidad de estas palabras. Pero la vivencia mariana de Claret, tanto en su vida interior como en su ministerio apostólico, fue adquiriendo cada vez con mayor claridad y convicción una configuración concreta: el Corazón de María. Su amor y devoción a la Virgen se fue concentrando progresivamente en el Corazón Inmaculado de María. Desde su infancia profesó una devoción entrañable. La contempla en el rezo del rosario asociada a la vida y misión del Hijo. En su Autobiografía nos avisa: «Nunca me cansaba de estar en la Iglesia delante de María del Rosario, y hablaba y rezaba con tal confianza, que estaba bien creído que la Santísima Virgen me oía… No puedo explicar con qué atención, fervor y devoción oraba». Así otras muchas expresiones. Se va formando su espiritualidad cordimariana hecha de ternura y confianza, concentración e interioridad, cordialidad y compasión. «Bien sabéis que soy hijo y ministro vuestro, formado por Vos misma en la fragua de vuestra misericordia y amor«, afirma ya como Misionero apostólico. En la figura del corazón ve Claret el centro de la persona. Por eso muchas veces al acabar una misión colocaba un corazón en imágenes de María de distintas advocaciones, como la del Rosario.
No es de extrañar que cuando piensa en reunir a unos sacerdotes para comenzar una nueva obra en la Iglesia les ponga bajo la advocación de Hijos del Inmaculado Corazón de María. En las Constituciones de la Congregación es insistente la fórmula “a ejemplo de María”. Recibe, pues, la Congregación este icono fundamental ya que una imagen vale, se dice, por mil palabras. Vemos en el escudo de los Misioneros: un corazón atravesado por una espada, coronado de rosas y con llamas surgiendo de él. Dolor unido a la Pasión de Jesús, pureza de vida y fuego del amor. Debajo un lema: Sus hijos la proclamaron Bienaventurada.
- Se levantaron sus hijos y la proclamaron bienaventurada: lema del escudo de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Los Hijos de Claret difunden la devoción al Corazón de María con entusiasmo. En Pamplona reciben por ello el sobrenombre de Corazonistas. Fundan Archicofradías, dedican Iglesias, Revistas como el Iris de Paz, libros, y editoriales. Abundan los teólogos especializados en María. Consagran pueblos. En las misiones populares siempre está presente. La invocamos constantemente y le cantamos en todas las lenguas posibles. Quizá de modo exagerado rezamos: “Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía”. Ella siempre nos lleva a Jesús y cuando le decimos cariñosamente que sea nuestra salvación, en realidad le decimos que nos dé a Jesús para ser salvados en profundidad.
- María, la primera discípula: escucha y vive en el querer del Padre. Así la Iglesia, los seguidores de Jesús. Su Corazón es sabio, firme, humilde. Así nos lo trasmite: haced lo que Él os diga.
Hoy los claretianos ven a María, con el concilio Vaticano II, como la primera discípula, la que escucha al Padre, acoge su palabra y la pone en acción. María vive en el querer del Padre. La escena de la Anunciación nos lo muestra. Mujer del Sí. Por eso la Iglesia, hoy lo escucharemos en el Prefacio, proclama que María tiene un corazón sabio y dócil, nuevo y humilde, sencillo y limpio, generoso, firme y dispuesto para soportar la espada del dolor y esperar la Resurrección. En los documentos de los capítulos generales afirman esta entrega al Corazón de María, quieren formarse en su cordialidad, su cercanía, su compasión. Como María están llamados a ser hombres abiertos al Espíritu, conducidos por Él, y siempre dóciles a sus mociones. Es decir, evangelizadores con Espíritu, que arden en el fuego del Espíritu y de la Misión. Acogen como madre, como el discípulo amado, a María en su casa.
Desbordo de gozo con el Señor
¡Cómo no vamos a sentir gozo, a desbordar de gozo, como expresaba Isaías en la lectura proclamada! Es una satisfacción poder hablar de María con quienes aman a María con tierno corazón, como sucede con todos los que estáis celebrando esta novena. Ojalá que todos los cristianos tuvieran hambre y sed de esta devoción. “Amad, amigo mío, amad y amad muchísimo a María«, afirmaba Claret en una carta. Amemos mucho a la Madre que en la figura de Juan nos la dio el Señor en la Cruz como herencia magnífica. Ella, como lo hizo con los criados en las bodas de Caná, nos dice constantemente: “Haced lo que él os diga”. Mirar a María es ver a Jesús. Ella siempre nos dirige hacia Él, nos lo presenta, nos educa en su amor, nos incita a decir Sí a la voluntad de amor, cariño, cercanía y misericordia de Jesús y del Padre. En el Espíritu, a la sombra del Espíritu siempre. Que así sea.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Alcemos nuestros corazones en oración a Dios nuestro Padre, y pidámosle que inflame este nuestro mundo y nuestras comunidades con el calor de su amor.
¡Oh María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros, rogad por nosotros,
que recurrimos a Vos!
Monitor/a:
- Por la Iglesia de Jesucristo, que es una comunidad de gente frágil y débil, para que el poder de la bondad de Dios se haga visible y palpable en nuestro amor mutuo. Roguemos al Señor.
- Por el mundo en que vivimos con todas sus necesidades, para que María vigile maternalmente sobre él, interceda por él y nos guarde a todos como hermanos en su amor. Que no permita que luchemos unos contra otros; que no nos hagamos sufrir entre hermanos. Roguemos al Señor.
- Por la gente que tiene empleos y trabajo de bajo nivel, como los de María y José en Nazaret, para que aprendan de la humilde María y de su esposo José que Dios valora altamente todo trabajo realizado con amor. Roguemos al Señor.
- Por todos los misioneros, para que como María, nuestra querida Madre, ofrezcan a Cristo al mundo; y que tengan un corazón grande para amar a todos sin excluir a nadie, pero más especialmente a los más pobres, débiles y necesitados. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, reunidos aquí como hermanos en torno al Corazón Inmaculado de nuestra Madre, para que nuestra fe produzca en nosotros, como en María, frutos de auténtico amor para con todos. Roguemos al Señor.
¡Oh María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros, rogad por nosotros,
que recurrimos a Vos!
Sacerdote: Oh Dios bondadoso: esto es lo que hoy confiadamente te pedimos. Que María enriquezca nuestra oración con la suya para obtener los dones espirituales. Por JNS.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN EN LA PRESENTACIÓN DE DONES
El Espíritu Santo que inspira constantemente a la Iglesia, santifique, Señor, los dones que te presentamos sobre el altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
- El Señor esté con vosotros
- Y con tu espíritu.
- Levantemos el corazón.
- Lo tenemos levantado hacia el Señor.
- Demos gracias al Señor nuestro Dios.
- Es justo y necesario
Padre, Dios todopoderoso y eterno:
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar
por Jesucristo, nuestro Señor.
Tú diste a la Bienaventurada Virgen María
un corazón sabio y obediente,
para poder cumplir a la perfección tu voluntad;
le diste un corazón nuevo y amable,
en el que tú bien te complacías
y en el que inscribiste la ley de la Nueva Alianza.
Le diste un puro e indiviso corazón,
para que fuera digna de ser
la Virgen Madre de tu Hijo
y de regocijarse viéndote para siempre.
Le diste un corazón firme y vigilante
para que pudiera aguantar sin miedo la espada de dolor
y esperar en fe la resurrección de su Hijo.
Con toda la compañía de los ángeles,
y unidos a su canto de alegría,
nosotros también cantamos tus alabanzas
entonando sin cesar: SANTO, SANTO, SANTO…
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por este santo sacrificio te pedimos, Señor,
que infundas en nosotros la luz de la sabiduría
que inundó a la Virgen Madre,
para que te conozcamos en verdad
y te amemos fielmente. Por JCNS
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